La poética de Salvador -Ton- Santana: La embriaguez del Ser entre lo místico, existencial y filosófico - Campesino Digital

Notas:

sábado, 15 de marzo de 2025

La poética de Salvador -Ton- Santana: La embriaguez del Ser entre lo místico, existencial y filosófico


Por Luesmil Castor Paniagua

Su búsqueda en las divinidades mitológicas, sus demonios revelados en la palabra, la locura inexorable del humano, la mente del ser, esa ausencia en la presencia de lo vivido, ese yo en el otro y ese otro en el yo inenarrable, esos miedos pintarrajeados con el mugriento con el fantasmagórico color de la muerte debajo del puente, está ahí presente en la poética de Ton Santana.
Luesmil Castor Paniagua

1-Entre pasos o tras los pasos encontrados 

En la historicidad de la poesía dominicana hay caminos por recorrer y muchos de los ya recorridos están marcados por huellas que en cada palabra dejan un trozo de sentimiento y de desahogo interior de quienes le construyen. Es así, como en la poética del Salvador -Ton- Santana se encuentran unas huellas tatuadas en el imaginario colectivo de quienes beben o han bebido en sus versos. Ton Santana, es sabia poética de la provincia de San Juan de La Maguana y de la generación o promoción de los 70 del siglo pasado en la literatura vernácula y una voz aún copuladora de la poética del presente siglo veintiuno. Por lo que es un poeta de entre siglos.

El haberle tocado escribir sus versos entre dos siglos muestra lógicamente una producción en la que se abarca sus inicios de poeta joven, más no por ello, desconocedor de los grandes poetas y narradores de la literatura universal. Podríamos como es lógico, encontrar inmadurez o falta de dominio en el abordaje de la poética en alguien que revela al mundo lector sus primeros versos a la edad de 19 años en un periódico de circulación nacional como lo es El Caribe.

Pero su mundo de lector voraz, es lo que lo lleva a descubrir en los maestros el gran secreto del escribir, ese ahogarse en el mar de la buena poesía de los clásicos franceses entre los que parecen ser su guía inspiradora los llamados poetas malditos, con  y desde su originalidad hay en el cantar de la poética de Ton Santana un sabor a la miel poética de Mieses Burgos y de Mallarmé, un poco de  esos residuos de lecturas de Baudelaire, digamos que de la buena poesía de los cantores simbolistas franceses. Está en él y de ahí la importancia de su poética que logra hacerla genuina, alejado pasos del trazo de los maestros, pero cantada desde la espesura de una poesía de facturación universal desde la isla.

Por eso, en su primer libro “Las trompetas del mal humor” de 1982, es un texto que lo reveló en su momento como una promesa literaria, hoy, el tiempo ha dado la razón. En los versos de este escritor hay una búsqueda por la universalidad del ser, por ese antagónico espacio del atrapar mitológico, pero, además, nos encontramos en estos pasos con un cuestionamiento sobre la existencialidad desde una mirada filosófica–literaria la cual él no deja ahogar en las banalidades del decir, antes, por el contrario, afronta un decir poético con el que desgarra la plena estancia del existir. Veamos un trozo de su poema Humano esplendor.


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