Por David Ramírez
En este país, ya nada sorprende que algún diputado o senador invente y presente ante el hemiciclo un proyecto tonto o a veces uno que otros que rayan en lo ridículo, lo que deja en evidencia la ignorancia y falta de cultura de nuestros legisladores.
Recientemente el Senado aprobó en primera lectura un proyecto de ley presentado por el senador de Hato Mayor, Cristóbal Castillo, que designa con el nombre Johnny Ventura a la avenida Nicolás de Ovando, del Distrito Nacional.
Los congresistas piensan cambiar el nombre de una calle del Distrito Nacional, bautizada con el nombre del fundador de la ciudad de Santo Domingo, por el supuesto "padre del merengue" dominicano.
Nadie puede quitarle o restarle los méritos y la contribución que hizo el ícono de la música y la cultura dominicana Johnny Ventura, a este país. Lo de "padre del merengue", es un tema de discusión aparte, ya que antes de Ventura existieron otros supuestos “padres”, algo que no resulta extraño, puesto que los dominicanos tenemos la costumbre o tradición de buscarle un padre o una madre a cualquier cosa, ya sea científico, cultural, política, deportiva, etc.
Lo de cambiarle el nombre a una calle con el nombre del fundador de la ciudad por un merenguero y exalcalde de la misma, resulta cuestionable, pero no sorprendente, ya que no hace mucho meses, un diputado tuvo la "cachaza" de proponer otro proyecto tonto y a la vez irrespetuoso, la de cambiarle el nombre de la Avenida Prolongación 27 de febrero, una fecha que honra la fecha patria, por la del pelotero de Grandes Ligas Pedro Martínez, teniendo el municipio Santo Domingo Oeste muchas calles y avenidas, como la calle San Miguel o la misma Avenida Los Beisbolistas, ambas en Manoguayabo, donde nació y creció Martínez, para honrar a ese héroe deportivo y gloria del deporte dominicano.
¿Por qué la avenida Nicolás de Ovando? En el Distrito Nacional existen calles y avenidas bautizadas con nombres de personajes que no hicieron nada por este país y quizás algunos fallecieron ignorando que tan siquiera existíamos como nación, tal es el caso de Winston Churchill, o el funesto presidente John F. Kennedy, quien durante su corto y trágico período presidencial en Los Estados Unidos, intentó o respaldó golpes de Estado contra el gobierno en muchos países.
Ese proyecto de ley, aprobado por el Senado lo calificamos como una "burrada", una de las muchas propuestas aprobadas en el Congreso por legisladores analfabetos funcionales.
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