“Quién no sabe para dónde va, ya llegó”
Ayer por la tarde fui invitado por un concejal a una reunión de Regidores en el Ayuntamiento de Cabral; la reunión fue cancelada a última hora por razones que aún desconozco. Con esta se pretendía analizar de forma técnica una especie extraña de proyecto de reforma tributaria sin objetivos de recaudación trimestral, semestral y anual que, pese a su mala elaboración y deficiencia técnica, fue introducido por el alcalde a la Sala Capitular para que con su posterior aprobación se les aumente la carga impositiva a los comercios locales, obras civiles y hasta para que se le imponga un tributo al Hospital Municipal. Bajo estas premisas supongo que hasta a las UNAP y a los que se sientan en algún pasillo le impondrán tributos.
Por lo general los alcaldes cometen muchos errores cuando asumen la gerencia municipal; muchos piensan que ser un buen político según los cánones de nuestra sociedad (proselitista) es garantía de un buen trabajo en el puesto y no es así, si usted no sabe elaborar un proyecto de política pública no sabe y no lo hará bien. Cometen el error de pensar que ellos por ser quienes presiden una gestión municipal tienen la autoridad suprema para obviar el debido proceso que establecen las leyes, y tampoco es así. Un proyecto de reforma tributaria (Para aumentar o disminuir la carga de impuestos) se crea en un contexto temporal y circunstancial específico, por esto para que sea eficiente, sostenible y alcanzable se deben analizar indicadores tales como:
Calidad de vida de los munícipes.
Niveles de empleo/desempleo del entorno.
Cantidad objetiva del Ingreso per Cápita del entorno delimitado.
Y es en función de estos indicadores comprobables estadísticamente que se crean los proyectos de reformas. Es así porque en función de las informaciones que nos arrojan los indicadores se marcan los objetivos y las pautas procedimentales del nuevo proyecto. Las cosas no se hacen a lo loco o como yo conciba que deben hacerse. ¿Cómo las autoridades de Cabral objetivamente pueden medir las condiciones para que un colmado, cafetería o farmacia sea de tipo 1, 2 o 3? ¿Bajo criterios basados en la percepción y no en la objetividad? ¿Cuáles son las metas de recaudación trimestral, semestral y anual? ¿En qué se piensan emplear los fondos recaudados? Si sus ejecutorias esencialmente están sustentadas en criterios meramente especulativos fracasamos como municipio, porque de ser así, parecería que el debido proceso y hacer las cosas de forma eficiente no importan.
Cabral es un pueblo con unos índices de desempleo elevadísimos, con unos niveles de ingreso muy bajos y un índice de pobreza descomunal. Bajo estas condiciones la Alcaldía no puede permitirse hacer lo que crea que debe hacer, sino lo que debe hacer. Por eso la alternativa no es intentar concertar con la Sala Capitular para aumentarle el impuesto a la colmadera del Jangueo que me cae mal o no cobrarle a mi amiguito de la campaña que apoyó; la concertación debe ser con la población en su sentido más genérico. Por eso hay que crear las condiciones para conversar con los comerciantes locales, con los líderes comunitarios, religiosos, deportistas, asociaciones, grupos de activismo social, juntas de vecinos y todos los Cabraleños, pues la misma ley municipal crea las condiciones
legales para auxiliarnos del diálogo, y usarlo como mecanismo resolutor.
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