Separaciones Amorosas. Superando El Duelo

Por Doctor Octavio Féliz Vidal
Terapeuta Familiar

Es un día nublado. Apropiado para los recuerdos. Las salidas, los encuentros y las entregas de amor. Sólo quedan las cenizas, y los rotos pedazos de cristal de un amor que nunca volverá.

Fue su primer amor. Hoy la traición le ha quitado al hombre de su vida. Ya tiene una pareja más joven. Se han mudado juntos. Llora todas las noches, no logra dormir bien. El la llama y le dice que aún la ama. Ha sido su amante después de haber sido esposa; pero el dolor se alimenta más de sus desgracias. Entiende que debe parar y recobrar su dignidad y abrir la puerta a otro amor, pero su duelo no termina. No acepta el fin de su matrimonio aunque ya no es la esposa. Se desayuna con penas y su almuerzo es la decepción. Al cenar lo hace con rabia, con vergüenza y miedo. Si no acepta su pérdida nunca superará el duelo.

Vivir con un pasado roto, que intentamos mal pegar: no nos permite crecer. Nos cerramos a nuevas posibilidades. Cuando el insomnio nos permite una o dos horas de sueño nos acostamos con una esperanza lastimera de que el pasado volverá a nosotros. Nos amargados por la traición. Vivimos con una vergüenza que se alimenta de nuestras ganas de vivir. Hay que retomar la dignidad. Encumbrarse en la aceptación, perdonar a quien nos ofendió y tomar la mejor venganza: el permiso a la felicidad.

Después de aceptar nuestra pérdida podemos construir nuestra felicidad y veremos pasar al rancio amor a través de un sucio cristal, que ya no permite distinguir su rostro. Nos permitiremos vivir. Tomaremos la felicidad en nuestras manos y construiremos un proyecto sin dolor: lo haremos sólos o acompañados. Ya no será la felicidad un sueño. Será algo concreto para construir, después de la aceptación de que ese viejo amor se ha marchado.


 Tomada de elsiblo