Carretera Cabral-El Peñón en el sur profundo y el defensor - Campesino Digital

Notas:

miércoles, 2 de enero de 2019

Carretera Cabral-El Peñón en el sur profundo y el defensor



POR DARIO NIN

Los sureños que vamos a la profundidad; Cabral, Polo, Las Salinas, Cristóbal, Mella, La Colonia Mixta, Duvergé, Vengan a Ver, Baitoa, el Limón, Jimaní, sabrán en lo inmediato de lo que se trata.

Los vehículos que van a estos lugares toman un atajo con la intención o esa fue una vez, de economizar tiempo y combustible. El atajo consiste en que, en vez de llegar al cruce de Cabral y Barahona, para luego dirigirse al oeste por la carretera internacional, se desvían por El Peñón para salir a Cabral, con entrada al Polo, así botan un gran tramo.

Pero hoy le aconsejo al que quiera hacer ese desvío, que ni lo intente.  Unos cuantos kilómetros de carretera unen o separan al Peñón de Cabral.  Pero esa carretera, una parte parece pertenecer a la gloria y la otra al infierno.

No es un chiste, señores, esto hay que vivirlo.  Cuando usted baja, o sea, que transita desde El Peñón a Cabral, más o menos hasta la mitad de la carretera, va en una vía bien asfaltada, sin un sólo deterioro, pero cuando llega más o menos a la mitad, sólo encuentra un deterioro, pero abarca toda la carretera que continúa.

Eso ha sido así, aunque antes estuvo menos deteriorada, por muchísimos años. Siempre me he preguntado el por qué, lo de esa abismal diferencia.

Un día, una cabraleña me oyó con la queja y me dijo según sus palabras: “Lo que pasó fue que a los dos síndicos se le dio el dinero para la carretera; el del Peñón, lo ejecutó y de Cabral se lo cogió” (No se refería a los actuales de eso hace muchos años) y además yo conozco la lengua de la susodicha, esto para dar crédito a lo dicho.

En verdad no puedo concebir la apatía de las autoridades con ese importantísimo tramo de carretera. Es sólo un asfaltado, tal vez, tiene que ver y estoy especulando por la inseguridad de la inversión porque por ahí de vez en cuando, un rio se desborda, pero es especulación, la causa realmente no la conozco.

Pero caray, ya está bueno, son años de esa desgracia. El Defensor del pueblo tendrá que ir a donde esa gente a fin de darle una o dos charlas, a ver si aprenden a exigir sus derechos.  (Claro de forma civilizada como ha de ser). Mientras, escribiré a doña Zoila a ver si le hace llegar un par de cartas de esas que ella sabe hacer, al ministro de Obras Públicas y al señor sindico de Cabral “y a todo el       que sea de amolar”. A fin de que asuman su papel y que le envíe también una abierta a la población de Cabral y zonas aledañas en donde le diga: ¡Habla, di algo! No te quedes callado, de brazos cruzado. No seas indolente.  Acude al Defensor.

Hasta la próxima.