POR: ALEJANDRO SANTANA
barahonahoy@outlook.es
Opinión:-Es oportuno en mi condición de amigo de algunos cabraleños y chaconeros, hacerle un llamado a que depongan sus diferencias, que matándose entre si no resuelven nada.
Que acepten las desgracias que la intolerancia ha causado llenando de dolor a familias de ambas comunidades, vecinas por demás y muchas enlazadas por vínculos familiares y matrimoniales.
Que no se siga regando las tumbas con sangre de nuevas víctimas, que entiendan que no será nunca el más valiente el que siga causando, muertes en ocasiones de inocentes que nada han tenido que ver con un pleito que inició la sinrazón.
Que paremos ahí, que no sigan esos enfrentamientos sangrientos que tanto divide a familias valiosas de ambas comunidades que la muerte no sea la solución a nuestros disgustos personales.
Que acatemos lo dicho por el Señor Jesucristo, cuando dice que solo Dios es el dueño de nuestras vidas que nadie tiene la potestad de quitárnosla, solo el que nos la dio.
Y que entendamos que ese decir divino tiene tanto valor que los hombres sabios de la tierra han instituido leyes que sancionan a quienes quitan la vida a sus semejantes.
Que reflexionemos y entendamos que los hechos plasmados en películas y novelas de corte violento , solo son historietas y que el viejo Oeste solo existió en esas leyendas salidas de las imaginaciones de escritores de crónicas roja ,que el respeto a la vida como ley existe hasta en esos escenarios fuera de la pantalla grande y las leyendas escritas.
Que la Declaración de los Derechos Humanos, las Constituciones en todos los países y las Sagradas Escrituras consagran la vida como un derecho de la humanidad.
Que los enfrentamientos de antaño por salvaguardar la dignidad es cosa del pasado, que la Civilización ha instituido tribunales para apaciguar nuestras diferencias.
Que siempre habrá un juez, un fiscal, un sacerdote, un pastor y hasta un anciano de nuestras comunidades que nos hará entrar en razón.
Apelemos a esos actores para que nuestras diferencias no sigan, que paren en el lugar donde han llegado debido a nuestra intolerancia, que apreciemos la vida que nos entendamos para que nuestros descendientes no repliquen esos actos que hoy nos dividen.
La vida es algo tan sagrado que ni siquiera nosotros estamos en derecho de quitárnosla, dejemos la venganza al Dios Creador no la tomemos en nuestras manos para que vivamos en armonía hoy y por siempre