Por Solimar Betances
El reciente incidente en la región costera de Barahona, donde diversas comunidades paralizaron el tránsito en protesta por la falta de agua potable, pone en evidencia una deficiencia crítica en la comunicación estratégica por parte del Instituto Nacional de Aguas Potables y Alcantarillados (INAPA).
El ingeniero Elson Peña, director regional de INAPA, se dirigió a la población a través de un programa interactivo radial, justificando las demoras en la reparación del suministro de agua debido a problemas con la maquinaria y condiciones climáticas adversas. Sin embargo, su enfoque comunicacional ha sido ineficaz y refleja una subestimación del poder de una gestión adecuada de la comunicación corporativa.
La comunicación estratégica con los públicos de interés es fundamental para evitar disturbios y mantener la paz social. Es evidente que el funcionario no ha empleado a un experto o periodista con experiencia en esta área, lo que ha resultado en una falta de información oportuna y clara hacia la comunidad afectada. La gestión de crisis no solo consiste en resolver los problemas técnicos, sino también en mantener informada a la población mediante canales formales y confiables.
El intento de INAPA de comunicar la situación a través de WhatsApp, como indicó Peña, es una estrategia insuficiente. La información debe fluir de manera oportuna y precisa, utilizando medios convencionales que garanticen que llegue a toda la comunidad objetivo. Un panelista del programa interactivo señaló acertadamente que depender de métodos informales como WhatsApp no asegura una comunicación eficaz y amplia. Esta observación subraya la necesidad de una comunicación formal y estructurada, especialmente en situaciones de crisis.
La falta de una comunicación estratégica adecuada no solo socava la confianza del público en las instituciones, sino que también exacerba la frustración y el descontento de la población. Los disturbios recientes podrían haberse evitado si se hubiera mantenido a la comunidad informada a través de medios tradicionales como la radio, la televisión y la prensa escrita. Estas plataformas no solo tienen un alcance más amplio, sino que también confieren un sentido de formalidad y seriedad a la información divulgada.
El valor de tener un profesional en comunicación estratégica no puede ser subestimado. Un periodista con experiencia en comunicación corporativa puede diseñar y ejecutar planes de comunicación efectivos que mantengan a la población informada, reduzcan la incertidumbre y fortalezcan la confianza en las instituciones públicas. La capacidad de comunicar de manera efectiva en tiempos de crisis es tan crucial como la capacidad técnica para resolver el problema en sí.
En conclusión, el caso de Barahona sirve como una lección sobre la importancia de una gestión adecuada de la comunicación estratégica. Los funcionarios públicos deben reconocer que la transparencia, la claridad y la puntualidad en la comunicación son esenciales para mantener la paz social y la confianza pública. Emplear a profesionales capacitados en comunicación estratégica no es un lujo, sino una necesidad imperativa para el buen funcionamiento y la credibilidad de cualquier institución pública.
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