Por Werner Darío Darío
Los que viven en la calle Duarte-Libertad en Cabral tienen pocos momentos de sosiego. En las últimas décadas los camiones de la empresa fabricante de block en los alrededores de la población que cargan este producto, así como agregados para construcción, unido a las motocicletas, el explosivo ruido que emiten y la imprudencia de los conductores, han convertido a estas calles en un verdadero caos.
Pero si bien se vive el presente, los que habitaban estas calles tenían sus propios problemas. Hace precisamente ochenta años sus moradores se enfrentaron a la misma situación del ruido de los vehículos y, por igual, al polvo que estos levantaban.
Para 1943 ya el tráfico por la nueva vía internacional era constante y las minas de sal y yeso en Las Salinas comenzaba a explotarse formalmente, lo que aumentó el flujo vehicular y con él las vicisitudes. La nueva dinámica de vida urbana incluía constante polvo e inseguridad.
Las quejas llovieron. El problema trató de ser remediado por el ayuntamiento. En junio de 1943 este solicitó al director general de Obras Públicas la petrolización de la calle, por entonces denominada Presidente Trujillo, “(…) en vista de que el continuo trafico que hay, levanta grandes olas de polvo que los moradores de esta calle tiene que mantenerse encerrados” (Acta del ayuntamiento de Cabral, de junio de 1943).
La petición del ayuntamiento fue escuchada y ya para octubre del mismo año se ordenó se asfaltara (Acta del ayuntamiento de Cabral, del 20 de octubre de 1943) y mejoró sustancialmente la incomodidad del polvo, pero no así de los ruidos y la inseguridad.
Foto de la izquierda: Calle Duarte, 1975
Foto de la derecha: Calle Duarte, 1937. Foto publicada por Bienvenido Pantaleón González, en imágenes de nuestra historia, el 17 de diciembre de 2017.
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