POR OSVALDO SANTANA
La condición de una vía terrestre, camino o carretera podría estar determinada por su importancia, en atención a las necesidades que llene, pero no suele ser así en República Dominicana.
Entran en juego los criterios o consideraciones de quienes deciden la cosa pública o la capacidad de presión de los usuarios.
También, la ubicación puede ser decisiva, sin que haya necesidad de reclamos, siempre que entre en el eje que marca el progreso económico y social en estos tiempos.
No parece el caso de un tramo carretero condenado al abandono durante 24 años: El Peñón-Cabral, arrasado durante las riadas de Georges en 1998. Desde entonces ha estado en carpeta durante las gestiones de Leonel Fernández, Danilo Medina y ahora Luis Abinader.
Fue precisamente durante la segunda gestión de Fernández cuando fue arrasada por el río Yaque del Sur, que destruyó el dique derivador del canal Mena, desbordó la laguna de Cabral y también inundó a El Peñón. El camino fue destrozado en varios tramos.
Entonces, fue ordenada su reconstrucción, pero la obra no llega a término. Hubo algún avance durante la administración de Fernández, pero los trabajos fueron congelados en todo el gobierno del expresidente Medina. No hubo continuidad de Estado.
El tramo carretero El Peñón-Cabral no es una gran infraestructura. Apenas tiene una extensión de 5.7 kilómetros. La compañía contratista ha recibido algunos recursos recientemente. Ha movido tierra de manera intermitente en los últimos meses, pero no termina la obra, cuando apenas faltan sólo 1.5 kilómetros.
Sin embargo, según fuentes calificadas, todavía el gobierno tiene pendiente desembolsar al menos RD$34 millones que permitirían darle un impulso final.
Hace justo un año que el actual ministro de Obras Públicas Deligne Asención anunció que aceleraría los trabajos, y que dispondría un levantamiento técnico para determinar su verdadero estatus y revisar los estándares. Habló mientras realizaba un recorrido por la región y anunció la construcción de un puente en la carretera Cabral-Polo, que ya está en funcionamiento.
LA IMPORTANCIA DE LA VÍA
El tramo carretero Cabral-Polo es de importancia capital, no sólo para los pobladores de esas comunidades, y especialmente para los productores agropecuarios. También lo es para la economía regional, ya que si estuviese en servicio sería el medio principal para los transportistas de pasajeros que viajan hasta Polo y Duvergé, desde Santo Domingo o cualquier otra ciudad.
No sería conveniente que soporte el transporte de carga destinado a Haití, pues probablemente la destruiría en corto tiempo.
Sin embargo, agilizaría la comunicación interna y representaría un ahorro, porque desde Palo Alto acortaría la distancia en algo más de 15 kilómetros para los destinos antes indicados.
Además, estimularía el turismo de conocimiento, pues bordea la laguna de Cabral y tiene un paisajismo marcado por plantaciones agrícolas y cocotales de belleza impresionante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario