Los Palmeros
La población esperaba en vilo el resultado de la desigual confrontación entre las fuerzas militares y los cuatro insurgentes, acusados de protagonizar asaltos para sustentar la lucha revolucionaria en los doce años de Balaguer .Tropas del ejército que combatieron a Los Palmeros.
Este 12 de enero se conmemora el 49 aniversario del cruento enfrentamiento de las fuerzas del orden público y de Los Palmeros, uno de los sucesos más estremecedores de las disputas por el poder ocurridos en la República Dominicana en los doce años de Joaquín Balaguer.
El acontecimiento centró toda la atención mediática y pública de la época y demostró la firme determinación del régimen reformista de eliminar los focos de confrontación protagonizados por revolucionarios inspirados en la doctrina comunista, muy en boga entonces.
Los servicios de inteligencia habían localizado a Amaury Germán Aristy, líder de Los Palmeros, a Virgilio Perdomo Pérez, Ulises Cerón Polanco y Bienvenido Leal Prandy (La Chuta), quienes se habían ocultado en una casa ubicada en el kilómetro 14 y medio de la autopista Las Américas, huyendo de una persistente persecución, tras la ocurrencia de unos asaltos.
La vivienda fue sitiada el martes 11 de enero de 1972, a las 10:00 de la noche, aproximadamente.
En la madrugada las autoridades aumentaron el cerco y llegaron a apostar a 2, 500 hombres, para combatir a los cuatro jóvenes, en lo que se ha considerado como uno de los combates más desiguales del pasado siglo XX.
Al empezar el 12 de enero se inició una encarnizada refriega entre los revolucionarios y tropas policiales, de la aviación, la marina y ejército. Las fuerzas oficiales eran dirigidas por los generales Neit Nivar Seijas y Ramón Emilio Jiménez hijo, jefes de la Policía y del Ejército Nacional, en ese período. Los insurrectos fueron repelidos con fusiles, cañones de 105 mm, bazucas, morteros, helicópteros y un avión de bandera estadounidense.
La intensa batalla en que acribillaron a Los Palmeros
Primero cayeron Leal Prandy y Cerón Polanco, el capitán Virgilio Féliz Almánzar y otros dos rasos. Mientras, se mantenían con vida German Aristy y Perdomo Pérez, quienes se refugiaron en una cueva, desde donde resistieron por más de diez horas.
Perdomo Pérez fue ultimado en las primeras horas de la tarde y posteriormente falleció Germán Aristy. Entonces se dijo que Los Palmeros les ocasionaron ocho bajas a las fuerzas represivas, dato que nunca fue confirmado.
La revista ¡Ahora!, No. 428, del 24 de enero de 1972, narró que los hombres resistieron “hasta horas de la tarde a todo un ejército que se fue haciendo cada vez más grande con refuerzos de la Policía, la Fuerza Aérea Dominicana, el Ejército Nacional y la Marina de Guerra”.
“Aviones, tanques, carros de asalto, helicópteros, cañones, morteros y otras armas pesadas fueron desplazados para enfrentar a las dos jóvenes que finalmente cayeron como cayeron, además del capitán Almánzar Fernández, el teniente José Brito Rodríguez y los rasos Benis Perdomo Ferreras, Héctor Inés Alcalá, José Rodríguez Liriano, Daniel Pérez Corporán, Martín de Jesús Ortiz y Cristo del Rosario Pérez Cuesta”, relató la publicación.
Tropas militares del gobierno
Los medios, especialmente Radio Mil, Radio Comercial y otras emisoras que hacían transmisiones, daban cuenta de los sucesos y de las armas pesadas que se encontraban en el lugar, mientras la población se mantenía en vilo esperando el desenlace.
Paralelamente se producían manifestaciones estudiantiles en repudio al operativo oficial y en apoyo a Los Palmeros, en Ciudad Nueva, San Lázaro, San Miguel, San Carlos, Villa Francisca y en Villa Consuelo. La Universidad Autónoma de Santo Domingo también fue escenario de revueltas, por lo cual la policía rodeó el campus.
Pese a que el gobierno de Balaguer se negaba a entregar los cadáveres, finalmente fueron sepultados por los familiares de los caídos, luego de que finalizaran las marchas fúnebres en medio de tensiones, lloros, lanzamientos de bombas lacrimógenas y disparos.
Posteriormente, la policía publicó documentos que habría incautado en el escondite del grupo que demostrarían que el asalto a The Royal Bank of Canada fue cometido porque el patrocinador extranjero le había sido abandonado.
La intensa batalla en que acribillaron a Los Palmeros .
Vista de las tropas que enfrentaron a los cuatro revolucionarios llamados Los Palmeros. Foto: Archivo General de la Nación.
Origen de los combatientes.
Los comandos de la resistencia dominicana, mejor conocido como Los Palmeros, fueron formados en diciembre de 1967 en Cuba, en una reunión encabezada por el coronel Francisco Alberto Caamaño, héroe de la revolución de abril y líder del desembarco guerrillero por playa Caracoles del 1973.
La misión del grupo era fungir de avanzada del proyecto insurreccional de Caamaño. Tuvo el apoyo del gobierno cubano y de revolucionarios dominicanos vinculados al movimiento 14 de junio, cuyo objetivo era combatir al régimen balaguerista, para instaurar en el país un gobierno socialista.
Los Palmeros procedían de las filas estudiantiles y habían participado en la disputa contra los remanentes del trujillismo, en las movilizaciones contra el Triunvirato, en la guerra del 1965 y en otros episodios de la postguerra.
La intensa batalla en que acribillaron a Los Palmeros
Ulises Cerón Polanco. Foto: Archivo General de la Nación.
Germán Aristy, líder
El grupo era liderado por Amaury Germán Aristy, nacido el 13 de abril de 1947, en Padre Las Casas, Azua. Tras mudarse a Santo Domingo con 14 años, el sureño se involucró en las actividades políticas de la Unión de Estudiantes Revolucionarios. Posteriormente, en la guerra de abril de 1965 fue jefe del comando de la calle José Gabriel García esquina Espaillat, en Ciudad Nueva. Encabezó la delegación dominicana a la Conferencia Latinoamericana de Solidaridad, efectuada en La Habana en el 1967.
En la noche del 15 de julio de 1970, mientras se encontraba en la clandestinidad, Germán Aristy escapó de la vivienda en que se encontraba, bajo fuego de metralla, y disparando en defensa propia. En su huida quebró el cerco e hirió al sargento apodado Chichí Bolón, que luego se haría famoso por sus desmanes.
Asalto al Royal Bank
El 8 de noviembre de 1970 se produjo el asalto al The Royal Bank of Canada y la Policía acusó del hecho a Germán Aristy, Plinio Matos Moquete, Harry Jiménez, Virgilio Eugenio Perdomo Pérez, Ulises Cerón Polanco, Bienvenido Leal Prandy (La Chuta) y otras personas.
En noviembre del 1971, la uniformada ofreció 5,000 pesos de recompensa para quien ofreciera informaciones que permitieran capturar al grupo e hizo innumerables allanamientos y operativos en Santo Domingo y otras localidades.
También se le acusaba del asalto a un camión que transportaba valores de la Lotería Nacional.
“... en el peor de los casos demostraremos que no es lo mismo asesinar a revolucionarios desarmados que se entregan, que enfrentarse a combatientes revolucionarios armados. No es lo mismo”.
Mientras eran perseguidos, German Aristy le dirigió una carta al periodista Ercilio Veloz Burgos, quien había sugerido a los jóvenes que se entregaran para salvarles la vida.
En cuanto a la recompensa ofrecida por la Policía, dijo que esta pretendía comerciar con la sangre de sus hijos y enfatizó su determinación de combatir hasta el final. En la misiva también le expresó que no creía en las garantías que les ofrecía el gobierno balaguerista y ni en que les fueran a hacer un juicio imparcial.
Posición de Nivar Seijas
El general Neit Nivar Seijas negó que en el operativo efectuado contra Los Palmeros hubiesen intervenido fuerzas extranjeras. Al ser preguntado al respecto por el periodista Orlando Martínez, jefe de redacción de la revista ¡Ahora! (No. 428) respondió: “No. Porque las Fuerzas Armadas Dominicanas se bastan por sí mismas y sin necesidad de ayuda exterior alguna, para imponer el orden y para garantizar el mantenimiento del sistema constitucional dominicano”.
Además, agregó: “Quiero que se sepa que nunca, para resolver un problema doméstico solicitaré la intervención de ninguna ayuda extranjera; y que solamente admitiremos ayuda de materiales y en el sentido de la tecnificación al personal nativo”.
Texto: Emilia Pereyra para Diario Libre
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