La noche imperecedera de un febrero glorioso se escribió la historia plena de nuestra Libertad; desde ese momento hemos plasmado ante el mundo un sello imborrable e invaluable más fuerte que la tinta indeleble, nuestra dominicanidad. La noche del 27 de febrero de 1844 comenzamos a dar pasos inocentes y débiles en procura de la consolidación de nuestra Patria. Aún puesta en juego nuestra Libertad, nunca permitimos la ignominia del ultraje; siempre apostamos por la Dignidad y el Derecho, nunca por la esclavitud. Hoy, ya consolidada ante el mundo la gloria de nuestra nacionalidad, el sistema y su desdicha intentan someternos a la mayor esclavitud, la falta de conciencia y Libertad. Hoy con dádivas y banalidades intentan ultrajar el valor de nuestra Dignidad; no, nunca ha de ser permitido.
Ayer la clase política mostró su desgate profundo e insostenible. No tuvo otra alternativa que intentar someter al pueblo a la turbulencia, mientras hacían malabares para amedrantar y torturar la voluntad popular y el pleno ejercicio de nuestros Derechos fundamentales.Prefirieron declararse enemigos de su pueblo, ese que les eligió y paga sus lujosos e inmerecidos sueldos con sus impuestos, cuando intentaron secuestrar para sí la Democracia. ¿Saben qué? La historia siempre ha de recordar su desdicha; la Patria ha de condenarles con todo el peso de la ley.
Este sistema político y social es insostenible en sí mismo, aún con la compra de mil conciencias; ya no está dispuesto a aguantarle más. Apostar por el impulso de un nuevo modelo de individuo, sociedad y economía, es honrar la memoria de cada hombre que sacrificó su vida en pro de nuestra Libertad; hoy ese mismo sacrificio se manifiesta en quienes día tras día salen a romperse el lomo para mantener a los suyos. Hagamos eco de la esencia que dio origen a nuestra independencia: la plena posesión de dignidad, esa que nos da la garantía de ser libres de cualquier manifestación de dominación.
¡Dominicana fuerte y valiente, tus hijos cantan de corazón. Abre tus alas, surca los cielos llena de gloria, paz y honor!
No hay comentarios:
Publicar un comentario