Así lo recuerdo y lo recordaré siempre al miembro de mi familia, el magistrado Waldo Ariel Suero Méndez.
Durante muchos años Waldo administró para su padre, Negro Suero, el legendario y añorado (hoy cerrado), cine Bahoruco de Barahona. Como administrador del cine Waldo hacía casi todo, desde pintar y cargar los letreros que colocaban en las calles, hasta vender las taquillas o pasar la película.
Waldo Suero fue provisionalmente el síndico de Barahona durante el efímero gobierno del coronel Francisco Alberto Caamaño Deño en 1965. Waldo se graduó de abogado ya entrado en edad, alcanzando importantes puestos en el Ministerio Público, donde también realizó una labor destacada.
Waldo era el padre el expresidente del Colegio Médico Dominicano (CMD), doctor Waldo Ariel Suero.
Pero mi generación conocía más a Waldo como el dueño del cine Bahoruco, el hombre bonachón que nos regaló añoradas alegrías en la entrada del cine cuando presentaban las baratas tandas infantiles de películas los domingos en la tarde. A todos los niños que acudían con frecuencia al cine Waldo siempre le colocaba un apodo.
Que en paz descanse Waldo, esté donde esté.
Por David Barahonero.