Su clima variado, sus balnearios y su gente hacen posible que el visitante sienta que su estadía en esta parte del país es una gran experiencia
Cuando se habla de la provincia Independencia como destino turístico, una de las primeras imágenes que asaltan el pensamiento es el lago Enriquillo, pero no. La provincia tiene un enorme potencial natural para la actividad turística que le puede ofrecer al visitante dominicano y extranjero.
La provincia ofrece no solo sus recursos naturales, como ríos, lagos y montañas, sino también una enorme riqueza natural que se potencia con el compartimiento de la frontera dominicana con Haití y el intercambio frecuente entre dominicanos y haitianos, que se incrementa con el mercado binacional.
Diferentes especies de aves y de animales, balnearios, arte indígena y la historia misma forman parte de la riqueza de la provincia que tiene reservada para quienes se aventuran en lo profundo del Oeste de la parte dominicana de la isla.
A pesar de ser la provincia Independencia un lugar árido, sus visitantes pueden disfrutar de un clima variado y de balnearios que hacen posible que su estadía allí valga la pena
Balneario La Zurza
El municipio de Duvergé tiene recursos naturales con un gran potencial turístico de la provincia Independencia, en el que logra atraer a cientos de dominicanos y turistas extranjeros.
Entre Duvergé y Jimaní se pueden visitar lugares como el balneario de La Zurza, a cuyas aguas azufradas le atribuyen propiedades medicinales, constituyendo un punto obligado para quienes visitan la zona y piensan en su salud.
Camino a Jimaní, el municipio cabecera, es recomendable detenerse para disfrutar un ambiente totalmente encantador, que muestra cómo la creación natural recrea la visión para que el visitante contemple parte del lago Enriquillo, en el que aves de diferentes especies posan en los palos secos que forman parte de una decoración natural del lago.
Al lago Enriquillo se le une como atractivo el lago Azuey o Zumatre, el cual nace en territorio haitiano y que en los últimos años ha ido expandiéndose al territorio dominicano al punto de que el paso terrestre por la frontera vive constantemente amenazado y sus aguas ya penetran tierra firme.
En Jimaní también se desarrolla semanalmente el mercado binacional, punto de intercambio entre los dos países, donde afloran expresiones culturales como el idioma, la música y la comida.
El parque central es un punto de encuentro del pueblo, caracterizado en el día por actividades propias del comercio, y en la noche lugar donde la población se da cita para disfrutar de un ambiente sano, entre música y alcohol.
Y no se puede dejar de mencionar la parroquia San José, ubicada frente al parque, cuya arquitectura llama la atención y su interior acoge el arte sacro, así como los bustos de Juan Pablo Duarte, tanto en el parque mismo como a la salida del
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