Docenas de hombres demacrados, con pómulos hundidos y costillas sobresalientes, yacen en silencio en la enfermería de la prisión más grande de Haití, la mayoría demasiado débil como para ponerse de pie. El cadáver de un reo que murió de malnutrición está cubierto debajo de una capa de plástico.
El hacinamiento, la mala nutrición y las enfermedades infecciosas que brotan en celdas han conllevado a un aumento de muertes de reos, incluyendo 21 en la penitenciaría de Puerto Príncipe sólo el mes pasado. Aquellos que monitorean las prisiones del país están haciendo sonar las alarmas sobre las decadentes condiciones.
“Este es el peor índice de muertes prevenibles que he visto en todo el mundo”, dijo John May, médico de Florida que cofundó la organización sin fines de lucro Health Through Walls para mejorar las condiciones de salud en el Caribe y varios países africanos.
Prisioneros en la demacrada penitenciaría de Puerto Príncipe rodearon a periodistas ansiosos de hablar sobre sus casos, quejarse de todo y de haber sido olvidados en ese horno hediondo.
Sistema penal es uno de los más saturados
Las prisiones son lugares hacinados, lúgubres en muchos países. Pero el sistema penal de Haití es el más saturado del mundo, con un asombroso índice de ocupación de 454%, de acuerdo con un análisis reciente del Instituto para Investigaciones de Políticas Delictivas, de la Universidad de Londres. Filipinas está en segundo lugar, con un índice de 316%.