Alemania ha desplegado 2.100 agentes de policía en sus fronteras con Austria después de que anunciara el domingo el restablecimiento temporal de los controles desbordado ante la llegada de miles de refugiados desde el vecino país.
Según informa el diario “Bild”, los agentes vuelven a solicitar la documentación a las personas que viajan en coche, autobús, camión y otros vehículos.
A aquellas personas que no puedan identificarse o no cuenten con el visado pertinente les será rechazado el ingreso en el país, agrega el rotativo.
Esta medida no se aplicará a los que quieran solicitar asilo en Alemania, que serán registrados y para los que comenzará el procedimiento de petición que debe durar entre seis y nueve meses, precisa el “Bild”.
Además hay unidades móviles de supervisión patrullando las zonas próximas a la frontera con Austria en aquellos puntos donde no ha sido posible establecer pasos de control.
En tanto, el jefe de gobierno del estado federado de Baviera, el socialcristiano bávaro Horst Seehofer, subrayó que los controles “permiten aportar orden a todo el sistema”, aunque reconoció que no constituye la solución al problema.
“Toda persona sensata” se ha dado cuenta de que la situación de los días pasados no puede continuar, señaló el presidente de los socialcristianos bávaros, quien subrayó: “Continuamos siendo un país humano y asistencial”.
Según había informado previamente una portavoz del gobierno de Alta Baviera, más de 19.000 refugiados llegaron este fin de semana a la capital bávara, Múnich, de ellos 7.100 sólo el domingo.
Por otra parte, Seehofer exigió un reparto equitativo de refugiados en todo el territorio comunitario, una mejora en los controles de las fronteras exteriores de la Unión Europea (UE) y más ayuda in situ en los campos de acogida.
En caso de que los Veintiocho no lleguen a un acuerdo sobre el reparto de refugiados, habría que comenzar gradualmente con esta medida, es decir, primero con los países que hayan mostrado su disposición, agregó.
En tanto, el ministro del Interior bávaro, Joachim Herrmann, indicó a la radiotelevisión bávara Bayerischer Rundfunk, que los controles fronterizos continuarán vigentes durante al menos varias semanas.
Subrayó que el control reforzado de las fronteras es necesario porque entre los solicitantes de asilo hay muchas personas que realmente no son refugiados.
Por su parte, el copresidente de Los Verdes, Cem Özdemir, crítico la reintroducción de los controles en las fronteras y llamó a la solidaridad de la UE.
“Los refugiados no desaparecen así, lo que hacemos es trasladar el problema al país vecino”, dijo en declaraciones a la emisora Deutschlandfunk.
Agregó que si los países miembros actúan “según el principio de ‘mi prójimo soy yo’, se puede directamente disolver la Unión Europea”.
Mientras, en el paso fronterizo de Bad Reichenhall, en el sur de Alemania, se registraban esta mañana colas de hasta tres kilómetros y a la altura de Passau, colas de hasta seis kilómetros.
Según la policía, las autopistas se han quedado con un carril menos para que los agentes puedan realizar los pertinentes controles en las fronteras.
Después del restablecimiento del tráfico ferroviario, los agentes están controlando también a los pasajeros en las fronteras y estaciones próximas.
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