Por Bernardo Montero
La corrupción, el fantasma que permea en los países
Según el diccionario de la Real Academia Española (RAE) la corrupción se ha definido como el uso de un cargo para beneficio personal, sobre todo en el gobierno, los ayuntamientos y en las instituciones gubernamentales y no-gubernamentales.
Ya se sabe que este problema no es nada nuevo.
Hace ya bastante año que está sea extendido en el mundo, así lo demuestra la ley mosaica que prohibía los sobornos en los juicios (proverbio: 18,5).
Entonces se puede contextualizar que la corrupción es la acción y efecto de corromper (depravar, echar a perder, sobornar a alguien, pervertir y dañar).
El concepto, de acuerdo al diccionario de la RAE, se utiliza para nombrar al vicio o abuso en un escrito o en las cosas no materiales.
Por supuesto que, el soborno no es la única forma de corrupción.
Los funcionarios corruptos también usan bienes y servicios a los que no tienen derecho, favorecen a familiares, amigos. En ambos casos vivos y muertos, al perro y hasta al gato de su casa robándose así, los fondos asignados descaradamente del pueblo.
Aunque la corrupción puede darse en cualquier tipo de organización, donde más abunda es en los gobiernos.
En estos momentos, sabemos de todo esto por las publicaciones de los medios de comunicación masivos del país y el mundo, se han producido al granel en el país numerosos casos de corrupción política.
Por lo que, esto demuestra no sólo la impunidad ya existente, sino también la facilidades con la que pueden actuar los distintos dirigentes.
Tengo que decirle que existen diversas instituciones y organismos que tienen la función de denunciar y controlar lo que llamamos la peste de la humanidad, la corrupción.
Entre estas instituciones esta: Transparencia Internacional (TI). Tengo entendido que esta organización no-gubernamental, que nació en los años 90 con sede en Berlín (Alemania), y que según esta se encarga de desarrollar distintas medidas con el claro objetivo de ponerle fin a la anteriormente citada conceptual acción.
Según informaciones publicada por Transparencia Internacional (TI), a cerca de la corrupción acaecida en el 2013, informó que, según la ciudadanía, los cinco primeros lugares en el nivel de la corrupción los ocupan los partidos políticos, la policía, los funcionarios públicos, el poder legislativo (compuestos por senadores y diputados) y el poder judicial.
Entre los países citados se encuentran Asia, Europa, África y Sudamérica.
Los mismos indican que en el 1995 murieron 502 personas al desplomarse un gran edificio en Seúl (Corea del Sur).
Al investigar descubrieron que los constructores sobornaron a los funcionarios municipales para que los dejaran usar materiales de baja calidad y así violaron las normas de seguridad.
En el 2012, en Sudamérica, Brasil, 25 personas fueron condenadas por usar fondos públicos para conseguir respaldo político.
Entre ellas estuvo el segundo hombre más poderoso del país, el jefe de Gabinete del ex-presidente.
En el 2013, 22.000 funcionarios públicos de Sudáfrica fueron acusados de corrupción.
De Europa según Cecilia Malmström dijo lo siguiente, “La gravedad del problema (de corrupción en Europa), es increíble”.
La señora Cecilia Malmström, es la comisaria de Asuntos de Interior de la Comisión Europea.
Quién además añadió que, “Para arrancar de raíz la corrupción, se requiere el compromiso de los políticos, pero parece que el mismo no existe”, expresó.
¡Y qué profundas son las raíces de la corrupción! En ese mismo tenor la profesora Susan Rose-Ackerman, experta en la lucha anticorrupción, escribió que para remediar la situación se necesitan “cambios fundamentales” en la forma en que funcionan los gobiernos.
Según mi opinión los expertos politólogos conocen hoy mejor que nunca lo que se podría llamar una descomposición estructural en la política existe, la cual esta desmoralizando la distribución y el orden de las partes importantes que componen un todo. Que es el sistema de elementos relacionados e interdependientes entre sí. Busquemos una solución para hacerle frente a la corrupción y a las impunidades administrativas.
¿En la República Dominicana habrá algún funcionario que no sea corrupto, Hay alguna solución?. Sin comentario
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