Continúa suspendido mercado binacional en Pedernales

POR ODALIS BAEZ


PEDERNALES.- El temor y el pánico se ga apoderado de esta zona, lo que ha obligado a los comerciantes dominicanos y haitianos que viven en el territorio tener que abarrotar por cinco semanas consecutivas el mercado municipal y algunos tímidamente participan en el bi-nacional, que está contemplado para lunes y viernes de cada semana.


Este viernes como en las semanas anteriores los venduteros de productos agrícolas y vendedores de ropas y otras mercancías han ocupado las aceras en las calles adyacentes y paralela al mercado del municipio, lo que al parecer el alcalde Luis Manuel Feliz Matos, ha tenido que permitir, después de un impasse originado por comerciantes y delincuentes haitianos de la comunidad de Anse-Au-Pitres.


Muchos productos agrícolas que eran vendidos en el mercado bi-nacional, ahora cada lunes y viernes de cada semana, son diseminados en las aceras de las calles próximas al mercado municipal, donde ahora los adquirientes tienen que acudir.


Según informaciones recogidas, recientemente los ayuntamientos de las comunidades haitianas de Anse-Au-Pitres, Banano y boudume en la línea fronteriza con Pedernales mediante resolución acordaron realizar el mercado fronterizo en su territorio para que los impuestos o arbitrios que eran cobrados por el ayuntamiento de Pedernales se reciban en Anse-Au-Pitres-Haití.


En casi cinco semana del impase que mantienen comerciantes haitianos, quienes participaron con el concejo de los ayuntamientos de su país, han dejado de participar en el negocio bilateral que fue creado hace varios años con mira a estrechar las relaciones comerciales entre esta parte y Haití.


En lo que va del impasse personas que llegan de comunidades dominicanas de la Costa Sur y suroeste han sido vistos comprar en el mercado municipal, mientras comerciantes dominicanos se han reubicado aquí, donde venden sus mercancías y productos.


REPATRIACIONES

Pese al impasse las devoluciones de haitianos que circulan por las calles son detenidos y transportados en vehículos del ejercito a sus territorio, mientras la vigilancia militar se mantiene en toda la hilera fronteriza con el vecino país de Haití para resguardar la zona de cualquier acto vandálico.