Suzira Miranda...
En un mundo donde cada día nuestros hijos nos preguntan todo tipo de cosas y en ocasiones ni siquiera estamos listos para responder de una manera rápida y apropiada a sus edades, aun así hacemos todo lo posible por darles las respuestas que correspondan a su nivel desarrollo cognoscitivo, tratando siempre de encaminarlos por el camino que consideramos correcto.
Nuestro hijo de 7 años, curioso por un día sin clases, nos pregunto: -"¿Qué es Janucá? -"Es una celebración judía"-, respondimos nosotros; ellos celebran una independencia muy antigua donde los judíos derrotaron a los griegos, claro, eran pueblo antiguos con otros nombres, pero corresponde a lo que hoy conocemos como judíos y griegos; dicho sea de paso la única celebración judía en el mes diciembre, la cual dura 8 días.
-"¡La única celebración en diciembre!"- Exclamó sorprendido. Sí, respondimos nosotros. -"¿Ellos no celebran navidad?"- Preguntó. -"No, ellos no lo hacen"- Respondimos nosotros. -"¡Eso es terrible!"- Dijo seguidamente: -"Están equivocados, cómo es posible que no celebren navidad"-. -"Ellos no están equivocados y no es terrible, es solo diferente".
Que otros tenga una cultura distinta a la nuestra, otras costumbres o preferencias no significa que estén equivocados, ser diferente no es malo, es solo eso, diferente. Tratamos de esta manera de mostrar un concepto de tolerancia hacia los demás basado en respeto a la diversidad. Pero qué sucede cuando nosotros no podemos controlar la información que ella o ellos reciben, conceptos no tan apropiados como el que como padres queremos enseñarles.
Entendemos que los tiempos son diferente y nuestros hijos no viven en una burbuja construidas por nosotros para que solo reciban lo que nosotros quisiéramos, aun así es nuestro derecho como padres no ocultarles la verdad de las cosas, pero si querer explicarlas apropiadamente.
A nosotros nos toco vivir esa experiencia recientemente, les cuento como:
En nuestra familia disfrutamos mucho el cine, es nuestro pasatiempo favorito y lo compartimos en familia con frecuencia en lo que nosotros llamados "noche de películas familiar" y visitamos, por lo menos, una vez al mes el cine; siempre tomando en cuenta la clasificación de las películas, el lenguaje que se usa en los diálogos, si tienen escenas de violencia y cosas como esas. Hay temas que son delicados y preferimos explicárselos nosotros de la manera mas apropiada posible.
Aun con todo nuestro cuidado no estamos exentos de llevarnos algunas sorpresas, hace unos días fuimos a ver una película "Paranorman", a nuestro entender una película con un buen mensaje donde Norman es un niño que puede ver fantasmas y por esa condición es mofado y maltrato en su escuela por un niño intimidador (bullying) que por el ser diferente le hace la vida miserable. Alvin (el intimidador) termina arrepentido de su conducta; Hay varios personajes importantes como el hermano mayor de Norman, su mejor amigo que también tiene una hermana.
Durante el desarrollo de la película todos los personajes se encuentran teniendo aventuras cómicas con muchos mensajes importantes, basado en el respeto a las diferencias de los demás. Todos los padres que estábamos allí acompañando nuestros hijos, me atrevo asegurar que estamos divirtiéndonos tanto como ellos, todos reímos animadamente, pero de repente un silencio sobrecogió la sala , cuando la hermana del mejor amigo de Norman le dice al hermano de Norman: -"¿Cuándo todo termine podríamos ir al cine?"-. A lo que el joven contestó: -"Claro, pienso que a mi novio le agradará la idea".
Todos los padres hicimos silencio, mi hija de 10 años le dijo a su amiga de 11 que nos acompañaba: -"El es un chico que tiene un novio"-. Mi hijo de 7 años me preguntó al salir del cine: -"¿Por qué si él es un chico tiene un novio?". Claro es un tema que tarde o temprano tenemos que hablar con nuestros hijos, pero nosotros tenemos el derecho de elegir el momento. En los cortos de la película no mostraba esta escena, ni en la publicidad tampoco.
Ciertamente era la tolerancia el tema de la película, pero nadie tiene el derecho de decidir cuando llevar un tema tan controversial a una audiencia tan joven. Lo mas reciente fue hace apenas unos días cuando fuimos a ver otra película "Rise of the Guardians" (El origen de los guardianes), otra también con muy hermoso mensaje basado en las tradiciones y creencias de los niños y la importancia que tienen, pues los llena de amor y buenos sentimientos, con varios personajes conocidos como el hada que se lleva los dientes cuando los pones debajo de la almohada cuando empiezas a mudarlos, Easter Bunny ( El Conejo de Pascua), Santa Claus, entre otros.
El mensaje era hermoso, un lenguaje apropiado, no había violencia en las escenas, pero nuestro querido Santa Claus tenia tatuajes en todo su brazo, claro, la reacción no se hizo esperar, mi hijo me dijo: -"Ves mami, tener tatuaje no es malo Santa tiene varios"-. Rápidamente le contesté: -"Este Santa es un personaje de una película, eso no significa que Santa Claus tenga Tatuajes, y no quiero decir que tenerlos sea malo o bueno, solo que Dios no nos creo con marcas o pinturas en nuestros cuerpos. Los seres humanos no necesitamos marcarnos o pintarnos, pero si algunas personas desean hacerlo no significa que debemos pensar que son malas personas, es solo que tienen un gusto y una forma de pensar diferente.
Educar nuestros hijos en estos días no es una tarea fácil, ya que ellos están diariamente recibiendo información a través de diferentes medios, ya no son solo las escuelas, los amigos, ahora la televisión tiene una publicidad enfocada a un público muy joven, pues ellos son el puente para llegar a la clase consumidora: Los padres, la Internet, los juegos, los vídeos en linea, osea, nuestros hijos están expuestos a todo tipo de información que nos toca supervisar y vigilar, cuidando nuestro mayor tesoro: Nuestros hijos.
La salud física y mental de nuestros hijos es un reto de día a día para los padres que no queremos tomar riesgos con su educación. Padres, necesitamos tener los ojos bien abiertos, defender con uñas y dientes nuestro derecho de educar a nuestros hijos basados en los parámetros de moral que consideremos mejor para ellos, no nos dejemos imponer estándares de moda. Siempre basado en el respeto a los demás, pero pensando primero en el bienestar de nuestros hijos.
Suzira Miranda
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