Anécdotas de un exiliado. - Campesino Digital

Notas:

lunes, 13 de enero de 2014

Anécdotas de un exiliado.



 Don José tiene 48 años de edad, es bígamo, bodeguero y honesto. Tiene 17 años que reside fuera de su país, por cosas del destino tiene 16 años que no celebra unas navidades en su natal Santiago, 10 que no ve una semana santa y 3 que no ve a su madre, mujer e hijos.

  Don José en su juventud fue de todo un poco: cobrador, prestamista, miembro de la banda colora', chulo, dueño de la compra-venta "El Engaño" la cual quedaba en los cerros de Gurabo y por ultimo marino mercante, profesión la cual le dio la oportunidad de auto-visarse cuando el barco de matricula griega "pohklizohnte" en el cual trabajaba, atraco en el puerto de New Orleans en el estado norte-americano de Luisiana.,

 Desde allí pudo hacer contacto con un primo, el cual le había dicho que desde que llegara que le avisara "que su casa era su casa, que hasta el pasaje le mandaba para que viniera a nuebayol a vivir con él, con su primaso del alma".

  Corría el año 1984 cuando don José aterriza en la jungla de cemento, esa ciudad la cual todos quieren llegar y muchos se quieren ir, nuebayol. En su cabeza todavía tocaban los merengues que estaban pegao' en su tierra querida que empezaba a extrañar, "cal y arena", "tabaco y ron", "la cometa blanca", y uno que otro disco de un morenito de jacket rojo llamado maicol llason.

  Las primeras semanas en la casa del primaso fueron de maravilla, pero para desgracia de José al final del mes choco con la realidad.  "mira ya tu llevas un mes y pico aquí y no consigues trabajo, y ya Jarule me dijo que desde que los niños vengan de santo domingo ella quiere su sala y su mueble para atrás, porque bastante suerte que has tenido encontrando quien te dé el plato de arroz que te comes todos los días y un mueble cómodo que me co'to $200 pesos hace solo 8 años atrás, ahora no te sientas mal por lo que te digo pues tu sabes que te lo digo por tu bien, además tu sabes que yo soy tu primaso o no?

  Esa misma noche don José recogió su ropa y después de mentarle la maldita madre a su primo y su mujer Jarule se largo "de su casa", sin rumbo y con el sabor en su boca del primer trajo amargo de neubayol.
  Esa noche José fue amparado por "el bichan" un tiguere moreno y muelu' que le había ofrecido trabajo a José en varias ocasiones como promotor de felicidad temporaria e euforia en la esquina de la 161 st. Y la avenida Broadway en Manhattan.
José ya era jodedor.

Continuara.......................


CARLOS J. DIAZ GOMEZ

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