El, ya había llegado a la misma conclusión que muchos otros dominicanos habían llegado hace mucho tiempo "en nuebayol ya no hay na' que bu'ca".
Con eso en mente José decide irse de la ciudad de edificios y corazones de concreto. En fin, ya llevaba dos años trabajando en una factoría en neuyersi y lo único que había conseguido era una rutina de vida que le a...cababa su existencia. Se levantaba todas las mañanas a las 5:00 am, se bañaba y desayunaba, para después coger la van de cuchito, un regordete del ensanche la fe, que aparte de trabajar en la misma factoría también se la buscaba llevando y trayendo a los demás infelices a sus casas.
Los fines de semanas eran tan predecibles como un reloj, dormir hasta las 10, un desayunito preparado por su mujer de turno yaya, la cual por haber nacido en el 1949 era casi de su misma edad, claro que cuando se habla de un desayunito dominicano un sábado en la mañana, por necesidad hay que estar familiarizado con la tierra de duarte.
El plato parecía "un con to'" plátanos y guineos verdes con dos huevos fritos y dos pedazos de chuleta, acompañado de un jugo morí-soñando y un palillo.
Ya para las dos casi siempre estaba en el parque de la 145 st. Al cual los quisqueyanos lo habían bautizado como el malecón, donde él y un grupo compuesto por taxistas, bodegueros, bagos, mini-empresarios, y sobre todo muchos ex-peloteros frustrados de doble a y hasta de triple a, de los cuales muchos no llegaron a la gran carpa por lecciones musculares, mientras otros hicieron el ron su amigo inseparable.
Aquello era una verdadera comedia deportiva.
Primera base: Luis "el bilingüe" alto y fanfarrón.
En segunda base: Alberto, pero los tigueres por su manera de jugar le decían el muy bien merecido apodo de "el colador".
En el campo corto: hay si la cosa se ponía dura pues a ese le decían "cabeza" pues el tenia guille de jugar "igualitico" a tony Fernández, al cual en sus tiempos con el licey le llamaban por el mismo apodo.
En tercera base: hay estaba Fernando el no se había puesto apodo, pero detrás de las bambalinas, su mujer le había puesto "el cuernu'" aunque como es costumbre él en su condición de marido era el último en enterarse.
En right field: el jardín derecho era velado por un muchacho de Barahona al que le decían "queli-seco" pues al parecer él no sabía que ya en el 1991 los yerriquel no estaban de moda.
En el center field: hasta los ateos rezaban para que la bola no fuera bateada en su dirección pues a este peculiar jugador le decían "la momia" y según el "el trabajaba muy duro en la bodega y de sol a sol para el estarle cayendo atrás a bolas, huyendo como un loco". La razón por la cual no lo sacaban del equipo es un enigma muy difícil de entender.
En el left field: ese territorio pertenecía a Luis Manuel, un tipo de apariencia afluente, con un léxico superior a sus com******s, graduado de mercadeo en la unphu había emigrado a los e.u. hace un año de su gazcuei natal, y ahora se encontraba de tú a tú con personas a las cuales nunca les hubiese dirigido la palabra en su santo domingo del alma. Los demás para desahogar sus complejos de inferioridad le decían "el fino" y habían regado de mala fe que hasta gay era el pobre Luis.
Los protagonistas del equipo eran:
El pitcher: a este nadie le conocía el nombre pues como era taxista todo el mundo le decía "one five two" que al parecer era su número de taxi.
El cátcher: hay se encontraba José pues debido al "accidente" de años atrás, no podía correr mucho, de ahí que estar detrás del plato era lo más conveniente para él.
Todos eran manejados por un pelotero de la vieja guardia que le decían "el teórico", sobre-nombre que se había ganado en su posgrado en todologia que había hecho en la universidad de la vida. Por lo menos eso creía el.
Esa tarde José lo había decidido, si perdía el juego se iba de neubayol, depuse de todo era menos azar que tirar una moneda al aire.
y que juego fue, pactado a seis innings, ya en el tercero su equipo perdía 3 a 0 y para el quinto 5 a 1, pero en el sexto, tanto "el biliguel" como "el fino" habían dado hits, "la monia se envaso en bases por bolas y con dos out "queli-seco la mando a la pare para un triple. Ahora con el partido 5-4 era el turno de José, líder en jonrones y empujadas. "habrán las cervezas muchachos que José va a terminar e'ta vaina ahora mismo" un strike.
Quien lo diría, pensaba José, que una decisión de este calibre se decidiría con una bola y un palito.
Me voy o me quedo, me voy o me quedo, me voy o......... strike dos.
Los presentes no creían lo que veían, después de todo ese pitcher ere "la mona" de José, durante la temporada le había dado más palos que aun comunista en la era de Trujillo. Esta vez el pitcher huele sangre, en sus ojos esta la esperanza de recuperar su honor el cual José había masacrado en la temporada entera, el quería cerrar el verano del 91 en una nota alta y veía a José como su ultimo obstáculo. Se cuadra mira al cátcher y suelta la bola.
Por su mente pasan mil y una cosa, su madre y mujer las cuales tiene 7 años que no ve, el primazo y su mujer jarule los cuales después del "accidente" de José se mandaron, volviendo al año con la biblia en la mano y con cara de pastor a pedirle perdón. también le llega a la cabeza el "bichan" su amigo del alma y protagonista de sus pesadillas diarias, piensa en su maldita rutina diaria, en los sinsabores, en los tragos amargos que ya han sido tantos que emborrachan su existencia, la bola viene y es tiempo de decidir, me quedo o me voy, me voy o me quedo. Hace en swing descomunal pero solo encuentra aire, de sus compañeros sale el sonido del asombro y de él una lagrima que hace contraste con su sonrisa, strike tres, game over.....
Continuara................
CARLOS J. DIAZ GOMEZ
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