ANECDOTAS DE UN EXILIADO IV - Campesino Digital

Notas:

jueves, 16 de enero de 2014

ANECDOTAS DE UN EXILIADO IV

Por Carlos Días
Dejando atrás recuerdos buenos, malos y un pasado oscuro don José llega al pueblito de Lawrence, en el estado de Massachusetts. La vida allí le sorprende pues Lawrence para el año de 1993 era una comunidad relativamente pequeña y armoniosa, con todo lo de una ciudad grande, pero en menor escala. Como prueba de ello, era la facilidad con la que se encontraba desde un periódico dominicano hasta un carrito (un plátano con cuatro ruedas de salchichón) en las mañanas.

José, ya a los tres meses había hecho amistades por doquier, claro está que su vida pasada la mantenía en silencio, como la mujer de ex-vida alegre en un matrimonio resiente e inocente. Tuvo la suerte de que con el poco dinero que llego pudo conseguir un apartamentico en 300 pesos al mes y sin deposito.

 Lo que más le sorprendió fue la facilidad con la cual adquirió el apartamento, pues en ny lo había intentado, pero allí todo el mundo relacionado con el intento de conseguir un apartamento quiere lo suyo. El súper quiere un mes de renta para él; el amigo que te deja el apartamento realmente no te lo deja sino te lo vende como en 2 o 3 mil dólares, en fin hasta los vecinos quieren sus pesos "por derecho a compañía".

Lo que si le resulto interesante a José fue que al igual que él, muchos de los dominicanos de Lawrence llegaban allí huyendo de algo ya fuera de los malos recuerdos o como en la mayoría de los casos de la policía de la gran urbe. Todo allí compaginaba.  Otra vez de uno de sus compañeros de tragos José conoció a quisquilla, una esbelta mujer ella, de tono claro de fino andar y cola para pisar.....


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