Reconocimientos policiales injustificados

Por ALEJANDRO SANTANA

El AUTOR es comunicador. Reside en Barahona.

Parece que las nuevas directivas de los gremios periodísticos en la ciudad de Barahona se instalaron para reconocer policías en momentos en que la delincuencia campea en todos los sectores de ella.
Los reconocimientos deben llevar un mensaje. Se reconoce a quien y quienes hacen una labor ajustadas a los principios nobles de una sociedad. Y entre esos principios nobles estaría las buenas acciones de la policía que, a mi humilde entender, serían mantener a raya a los delincuentes, ser efectivo en la prevención, ser preciso a la hora de actuar y ser diligente a la hora de recibir un llamado de auxilio de cualquier ciudadano. Pero eso no está ocurriendo en los actuales momentos.

Tenemos una policía que podría estar en cualquier cosa, pero la percepción de los ciudadanos es que no está en el combate a la delincuencia y que cada día los ciudadanos son más vulnerables, por la falta de efectividad de ellos. Son percepciones de nuestra gente que quitan mérito a cualquier reconocimiento a un general de la policía, por lo menos en los actuales momentos que vive nuestra provincia.

Hacer un reconocimiento por intereses particulares, es deshonesto y habla muy mal de un gremio que como el de los periodistas debe velar porque las leyes prevalezcan y que la acción de policías esté ajustada a las buenas acciones. Pero parece que los distinguidos directivos de ambos gremios, CDP y SNTP, han equivocado el alcance real de un reconocimiento que se otorga a cualquier ciudadano por sus acciones enmarcadas dentro de las normas morales, éticas y ajustadas a las leyes.

Pero no hacer un reconocimiento a policías que han descuidado la seguridad de una provincia que cada minuto es asaltada por los actos delictivos de delincuentes que la propia policía sabe quienes son.

Sencillamente este reconocimiento se enmarca dentro del concepto de la inmoralidad de quienes lo orquestaron y de quienes se han prestado a realizarlo en momentos en que somos una ciudad vapuleada por la delincuencia. Y habla muy mal de periodistas que se viven endilgando la condición de “revolucionarios”, pero que a raíz de la realidad podrían ser cualquier cosa.

No tengo nada contra policías, pero soy de los que valora a los policías y servidores conscientes de sus responsabilidades, no a faranduleros que por sus descuidos y vinculación permiten el auge de la inseguridad, la delincuencia y todas las acciones negativas que hacen daño a la ciudadanía.

En lo adelante ningún funcionario honesto que se respete, que entienda cuales son sus deberes frente a la sociedad, se prestará a recibir un pergamino de reconocimiento por lo menos de manos de los actuales directivos en Barahona del CDP y SNTP.


Fuente almomentos.net