La hija del dictador Rafael Leonidas Trujillo Molina, Angelita, aceptó entrar en un diálogo amplio y franco con el director del LISTÍN DIARIO sobre muchos aspectos que jalonaron la vida suya y de su familia, tanto desde el poder como en el exilio, ante la proximidad del 50 aniversario del ajusticiamiento de su padre el 30 de mayo de 1961. Esta es la tercera y última parte.
A Trujillo se le ha calificado como un asesino, un dictador, un hombre cruel. ¿Qué usted me dice al respecto?
De que era un dictador, lo era. Pero asesino no, yo no creo que hubiese podido lograr su obra de gobierno si no hubiese sido un dictador, un hombre fuerte.
O sea, ¿usted justifica que él haya actuado así?
Porque en los años 30, antes de él, el país iba de mal en peor y sólo con el gobierno de Trujillo el país pudo salir adelante. Pero él sentó las bases para la democracia.
¿Esa es la democracia entonces que usted entiende que vive ahora mismo la República Dominicana?
Bueno, yo no puedo juzgar si verdaderamente el pueblo dominicano disfruta de una democracia pura porque no vivo allá, eso lo debe juzgar el pueblo dominicano, si está contento, pero él sí sentó las bases para la democracia. El país es un museo de Trujillo.
¿Cuáles son, a su juicio, las obras fundamentales del Trujillato?
De las obras, ¡ay, pero fueron tantas!
¿Alguna que le llame la atención?
Todas me llaman la atención, pero bueno la redención de la deuda externa, volver a tener aduanas en nuestro poder, crear un sistema financiero, la creación de la moneda dominicana que siempre estuvo a la par del dólar o 10 centavos por encima del dólar, también la dominicanización de la frontera, el tratado Trujillo- Cassals que se firmó el 27 de febrero de 1935, el Código Trujillo...
Y de la persecución y matanza de haitianos, ¿Qué me dice?
En mi libro está detallado todo como fue y los haitianos que murieron.
¿Usted cree que la presencia haitiana en el país actualmente es un peligro, tal como se pensó en aquella época?
Absolutamente.
¿Dónde usted cree que radican los peligros de esa migración?
Tomando en cuenta que los haitianos nos dominaron por más de 20 años y que vergonzosamente la independencia nuestra fue en medio de países europeos que colonizaron América y el país tuvo que sufrir muchos, muchos problemas, crímenes, asaltos, muchas cosas malas, entonces tomando en cuenta eso con la invasión haitiana, lo que puede suceder es que llegará un día en que los haitianos podrán elegir presidentes y tener de nuevo la dominación haitiana en el país.
Se ha planteado la posibilidad de un proceso que fusione a ambas naciones. ¿Qué le parece esta idea?
Bueno, yo tengo entendido que hay, tú sabes que la constitución haitiana nunca ha reconocido que hay división, dicen que la isla es una e indivisible y tengo bastante claro en mi mente que los haitianos aspiran a que sea bajo su dominio, no del dominicano, desafortunadamente y ese era el temor de mi padre.
¿Entonces él tenía ese temor?
Absolutamente.
Si Trujillo reviviera y viera lo que hay. ¿Volvería para atrás?
Moriría de un ataque del corazón.
Y si no se muriera, ¿qué cosas usted cree que podría cambiar Trujillo en nuestro país hoy?
Es que yo, como no vivo en la República Dominicana, no puedo hacer un juicio claro de lo que está sucediendo allá, tendría que vivir allá y darme cuenta de las cosas. Oigo que la gente se queja, que no se qué, que no sé cuánto, pero no puedo verdaderamente formarme un juicio justo. Pero yo estoy segura de que en estos momentos él hubiera gobernado de otra forma, de acuerdo con los tiempos en que estamos viviendo hoy día, porque acuérdese que mi papá gobernó en el siglo pasado.
¿Él pensó en dejar el poder a Ramfi s o él pensó que iba a ser eterno?
No, no, no. Él decía que el poder no se heredaba, el poder se conquista.
¿Pero en la familia no se percibían señales de sucesión?
Bueno su sucesor fue el doctor Balaguer.
Pero yo decía de la familia, digamos fuese Ramfi s o Radhamés.
Él quiso entrarlo en la política, pero Ramfi s era militar y no le interesaba la política.
¿Ni a Radhamés tampoco?
A Radhamés sí le interesaba, pero tenía 18 años cuando murió mi papá.
Sí, era muy joven, o sea que prácticamente no se podía dar la sucesión en ese momento.
Ramfi s apenas tenía 31 años, éramos muy jóvenes todos.
¿Quién usted considera que fue el gran traidor del gobierno de su padre?
Pupo Román. Bueno, Pupo Román y otros muchos también.
Resulta que cuando lo nombraron, (secretario de las Fuerzas Armdas) Ramfi s se opuso completamente porque él quería que nombraran a Tunti Sánchez.
Que era muy amigo de Ramfis.
Sí, y además una persona de confi anza y él consideraba que Pupo no era de confi anza, pero tío Negro, por favorecer a la familia, quiso que se nombrara a Pupo Román y cuando él salió a Francia salió muy disgustado por eso.
¿Pero Ramfi s tenía esa oposición porque Pupo quedaría por encima de él en la cadena de mando?
Sí, iban a nombrar a Tunti Sánchez y entonces tío Negro le pidió que nombraran a Román, por tía Marina, y esas cosas porque era el esposo de Mireya, la hija de tía Marina y por eso se le nombró. Entonces Ramfi s se disgustó y se fue para Francia a pasar un tiempo por allá.
Y esa gente que estaba con el generalísimo, que eran sus principales colaboradores civiles no militares, ¿cuáles eran los más consecuentes con su padre?
Él tuvo muy buenos colaboradores. Yo en realidad no puedo decir ninguno en especial. Peña Batlle era una persona que lo ayudó mucho, y sumamente leal, papá lo apreciaba muchísimo. Y Virgilio Díaz Ordóñez, don Cucho Álvarez, Manuel de Moya Alonso, personas muy de mi papá. Me quedan muy buenos recuerdos de esa gente, muy buenos recuerdos.
¿Usted ha pensado volver a República Dominicana?
No, yo prefi ero guardar el recuerdo de lo que era la República Dominicana antes. Siempre llevaré al país en mi corazón, pero no sé, me siento tranquila y siempre le pido a Dios por el bienestar del país y que haya sobre todo paz y tranquilidad.
¿Usted notaba que al fi - nal el generalísimo no estaba en pleno dominio de sus capacidades?
¡Ay no!, si mi papá estaba mejor que yo hoy día. Mi papá estaba muy bien mentalmente.
¿Cuál es su aspiración en la vida ahora?
Lo que deseo es ver a mi familia unida y ver a mis nietos saludables.
¿Cuántos nietos tiene usted ya?
Como 13, 14, tengo que contarlos.
¿Y a usted le gustaría que uno de sus nietos sea como su padre?
Nooo, ya a mí no me gusta la política, no me gustaría que uno de los familiares nuestros se involucrara en la política. No, se sufre mucho.
Dicen que su padre era un mujeriego ¿qué usted puede decirme de eso?
Le gustaban las mujeres, sí.
¿Mucho?
Parece que sí. Cuando yo me enteré de una aventurita que tenía mi papá, me le enfrenté y le dije varias cosas y después que le dije de todo lo que tenía que decirle...
¿Qué edad usted tenía más o menos?
Yo tenía 16 años.
¿Y qué usted le dijo a su papá?
Lo regañé. Le dije que qué moral tenía él para regañarnos a nosotros y ser estricto con nosotros cuando él hacía las cosas que estaba haciendo. Entonces cuando terminé de decirle, le puse la cabeza y le dije y ahora pégame. Y él bajó la cabeza y me dijo: “Mi hija, antes de pegarte mejor me muero”.
¿Qué usted conserva de él físicamente, qué le quedó de recuerdo de las cosas que eran de su propiedad?
Yo tengo retratos al óleo, que lo tenía mi mamá, la Virgen de la Altagracia que lo tenía en su cuarto, porque él tenía una Virgen de la Altagracia que él todos los días le prendía un velón. De esos veloncitos que tienen una mechita arriba, lo prendía todos los días. Y cuando él se iba para la fi nca nos decía “no dejen de prenderle un velón a la Virgen de la Altagracia”, porque cuando él estuvo grave que tuvo el “arm shock”, que estuvo muy grave y, bueno los médicos que llegaron de Cuba dijeron que sólo un milagro lo salvaba, entonces el doctor Robieu, esposo de mi tía, una de las hermanas de mi mamá, Josefa, la mamá de Manuel, llamó al doctor Contreras y el doctor Contreras lo operó y la operación fue un éxito, pero él estaba muy, muy grave y dice que un día oyó una voz que le dijo “ya todo pasó” y la virgen se le iluminó.
¿Una voz femenina?
Sí. Él tenía la Virgen de la Altagracia frente a su cama.
¿En el hospital?
-No, no fue en el hospital, él estaba en la Estancia Ramfi s.
¿Entonces él sintió que la voz le dijo “ya todo pasó”?
Vio que el cuadro que él tenía de la Virgen de la Altagracia como que se iluminó.
Ah, ¿se iluminó en ese momento?
El que tengo yo en mi cuarto, el oyó una voz femenina que le dijo “ya todo pasó” y empezó a mejorar, a mejorar y sanó completamente.
¿Usted cree que él tuvo conciencia de que se trató de un milagro?
Absolutamente. Y yo tengo la Virgen en mi cuarto.
¿Y qué otras cosas tiene?
Yo tengo pinturas de mi papá.
¿Cartas, no tiene? ¿No le dejó cartas?
Sí, de su puño y letra, le dejó cartas a mi mamá también, y hay algunas que están publicadas en el libro. Y unos mechoncitos de su pelo, tengo la máscara que sacaron de cuando él murió, tengo cosas de él, una papeleta de 20 dólares cuando se hizo la moneda dominicana fi rmada por él, tengo muchas cosas. También tengo su bicornio.
Finalmente, qué usted hará el lunes 30 de mayo cuando se cumplen cincuenta años de la muerte de su padre?
Yo pienso rezar, como hago todos los años por el alma de mi padre. Es un día que paso tranquila, pensando en él, recordándolo y orando por él. Todos los días oro por él, pero ese día en especial iré a misa
TESTIMONIOS DE LOS NIETOS “FUE UN GOBERNANTE EXCEPCIONAL”
L. RAMFIS DOMÍNGUEZTRUJILLO NIETO DE TRUJILLO
El Generalísimo Rafael Leónidas Trujillo Molina se ganó el lugar como uno de los líderes más sobresalientes en toda la historia de la República Dominicana.
Fue un gobernante excepcional, sin igual, titánico, y como familiar y amigo, un ser humano extraordinario. Yo confío en que más tarde que temprano la historia de su gobierno y de su figura hará justicia al hombre que entregó su vida a nuestra querida patria. Su mayor anhelo fue siempre ver engrandecida a la nación y llevarle bienestar, desarrollo, orden, educación, cultura, seguridad, y orgullo patrio al pueblo que el tanto amo. Como dominicano, me enorgullece haber tenido un verdadero estadista, reconocido, respetado y admirado por tantos alrededor del mundo.
Como nieto, me siento privilegiado de llevar su sangre y su nombre. Las trascendencias de su lucha incansable y sin tregua a favor de nuestra amada Quisqueya, aún resplandecen en la entereza del territorio nacional para el orgullo de todos los compatriotas. Mientras observo la involución inverosímil que ha vivido el país después de su muerte, y percibo un pueblo abatido y despreciado, también recuerdo siempre que una vez y en la “Era de Trujillo”, fuimos una nación grande en una isla pequeña.
Me llena de orgullo recordar el descomunal progreso, la prosperidad, la disciplina, los adelantos para la mujer dominicana, el fortalecimiento a nuestras relaciones exteriores, la creación de nuestras fuerzas castrenses, el desarrollo de nuestra educación y cultura, todos los programas sociales y económicos en beneficio de los ciudadanos más pobres y la transformación de República Dominicana en una nación moderna, ordenada, y prodigiosa. Al conmemorar los 50 años de su partida a destiempo, recuerdo a mi venerado abuelo con amor, reverencia, y gran admiración.
¡Que viva la República Dominicana!
M. LAURA DOMÍNGUEZ TRUJILLO NIETA DE TRUJILLO
Como todos mis hermanos, yo también llevo con muchísimo orgullo y honor el recuerdo de mi inolvidable abuelo, el generalísimo Trujilo. El libro de mi mamá vino a colmar las ansias de saber cada vez más y mejor acerca de la vida de ese ser tan especial.
A los gobernantes regularmente se les acredita el haber realizado esto o aquello en favor de su país, pero a muy pocos se les puede atribuir un desarrollo integral de su nación como lo hizo mi abuelo en República Dominicana. Es axiomático, sólo hay que comparar el grado de atraso y subdesarrollo en 1930 y la evidente prosperidad y prestigio del país a la hora de su muerte.
Es por eso que se hace tan difícil singularizar una obra y catalogarla como la mejor. Lo fueron todas.
Lo que sí trasluce, después de conocer su obra, es su incuestionable patriotismo como el factor o la causa inspiradora que lo indujo a luchar con energía contra toda tempestad, viento y marea, hasta construir un Estado soberano, con absoluto derecho sobre su economía y territorialidad, y un ambiente de igualdad e integración social.
M. JULIA DOMÍNGUEZ TRUJILLO NIETA DE TRUJILLO
Mi abuelo, a quien me hubiera encantado conocer, le recordamos en mi casa con el más puro sentimiento de respeto y veneración.
Leí en el libro de mi mamá que trabajaba como guardia campestre en el ingenio de Boca Chica, y 11 años más tarde, en un evento como de película, era juramentado presidente de la República. No cabe duda que era un hombre fuera de serie.
Después de analizar toda su trayectoria como gobernante, tengo la convicción de que era un ser predestinado para llevar a cabo la tranformación del país de “oruga en mariposa”, como dice mi mamá.
De su vasta obra constructora y organizadora, la que más me impresiona es la importancia que le dio el gobierno a la cultura y la educación. Me complace mucho todo lo que hizo en favor de la cultura y la educación. A pesar de haber recibido un país primitivo y en bancarota, no escatimó esfuerzos para construir miles y miles de escuelas por todo el territorio nacional. Organizó además un sistema de enseñanza con un profesorado sumamente capacitado y respetado.
Se creó el desayuno escolar gratis y hasta se les donaban uniformes, lápices y cuadernos, para que los niños, por pobres que fueran, no se quedaran sin la oportunidad de una buena enseñanza. Dentro de ese esfuerzo me llama la atención también la construcción de la ciudad universitaria y la categoría de sus catedráticos. En fin, que le doy gracias al Señor por ser nieta de un hombre que hizo tanto por el bienestar de nuestro país.
M. MERCEDES DOMÍNGUEZ TRUJILLO NIETA DE TRUJILLO
Crecí siempre oyendo historias y anécdotas sobre mi abuelo y la “Era de Trujillo”. Disfrutaba enormemente oír de mis padres, sus amistades y otros familiares sobre mi abuelo, sus hazañas y su invariable amor patrio.
Me contaban sobre aquella persona humana, cariñosa, sencilla, leal, y perseverante, y también sobre los hechos históricos que marcaron al país de manera indeleble. Claro está, que también oía de vez cuando, uno que otro comentario negativo, pero entendía que a un estadista de la talla de mi abuelo y sobre todo siendo el gran hombre que fue, es axiomático que de alguna forma u otra lo intenten censurar.
Después de leer el libro de mi madre, me interesé aun más en la historia dominicana y me dedique a leer y a buscar informaciones sobre los grandes acontecimientos de los 31 años de su mandato, y de toda la historia de nuestro país. Esto me sirvió para confirmar lo que me habían contado: Mi abuelito fue un hombre extraordinario, que luchó para hacer de la República Dominicana un país respetado, desarrollado y fructífero. Siendo mi abuelo el hombre más nacionalista que jamás existió en nuestro país, todos los hechos que legó su gobierno, hablan por sí solos de la grandeza de nuestra patria. Es por esto que me extraña que aún pueda haber personas que se crean las grandes mentiras que los que se beneficiaron después de su muerte, le han querido vender al pueblo dominicano. Lo que se opusieron a la construcción de un museo de la Era Trujillo en San Cristóbal no se dieron cuenta que el país entero es un museo a Trujillo. Como ser humano, me consta que fue un padre excepcional, un abuelo muy cariñoso y muy débil con sus nietos, un hombre que realmente adoraba a su familia.
Cómo me hubiera encantado haber tenido solo algunos minutos para decirle que le quiero y que hoy más que nunca me enorgullece ser su nieta.
“CONSPIRADORES ERAN COMUNISTAS”
¿Usted se refiere a los comunistas?
La gran mayoría de los que conspiraban contra mi padre eran comunistas, y los comunistas son personas que las tragedias que narran ni me alegran ni me entristecen, porque nunca dicen la verdad, siempre ponen las cosas como ellos quieren y son unos mitómanos por excelencia, así es que, ¿qué te puedo yo decir?
Sí, muchos de ellos se organizaron, se armaron, vinieron en expediciones.
Sí, expediciones enviadas, sobre todo la del 14 de junio, por Fidel Castro, y estuve viendo en el Listín Diario un panel encabezado por Delio Gómez Ochoa, que parece que es un héroe nacional dominicano, ¡que barbaridad! Este señor fue enviado por Fidel Castro, dirigiendo, comandando la invasión del 14 de junio, para instaurar un régimen completamente comunista, fidelista, allá en la República Dominicana. Y si hubiera triunfado esa invasión el señor Gómez Ochoa hubiera sido el comandante y verdugo del pueblo dominicano, así es que de eso libró también mi papá al pueblo dominicano.
Claro pero ahí en unos documentos del Movimiento 14 de Junio se dice que era para crear un régimen democrático.
Sí, en la declaración de principios de ellos, los dirigentes eran comunistas y había algunas personas que estaban en el movimiento que no eran comunistas que fueron engañados en realidad, pero los dirigentes eran comunistas. Si te pones a leer la declaración de principios del Movimiento 14 de Junio te das cuenta de que es para seguir un patrón como el de Cuba y fíjate la ruina que es Cuba hoy día.
Yo no sé cómo ese señor se atreve a estar en República Dominicana criticando a los dominicanos cuando es fidelista y un tipo que es una vergu¨enza y una pena para los dominicanos.
A Trujillo se le ha calificado como un asesino, un dictador, un hombre cruel. ¿Qué usted me dice al respecto?
De que era un dictador, lo era. Pero asesino no, yo no creo que hubiese podido lograr su obra de gobierno si no hubiese sido un dictador, un hombre fuerte.
O sea, ¿usted justifica que él haya actuado así?
Porque en los años 30, antes de él, el país iba de mal en peor y sólo con el gobierno de Trujillo el país pudo salir adelante. Pero él sentó las bases para la democracia.
¿Esa es la democracia entonces que usted entiende que vive ahora mismo la República Dominicana?
Bueno, yo no puedo juzgar si verdaderamente el pueblo dominicano disfruta de una democracia pura porque no vivo allá, eso lo debe juzgar el pueblo dominicano, si está contento, pero él sí sentó las bases para la democracia. El país es un museo de Trujillo.
¿Cuáles son, a su juicio, las obras fundamentales del Trujillato?
De las obras, ¡ay, pero fueron tantas!
¿Alguna que le llame la atención?
Todas me llaman la atención, pero bueno la redención de la deuda externa, volver a tener aduanas en nuestro poder, crear un sistema financiero, la creación de la moneda dominicana que siempre estuvo a la par del dólar o 10 centavos por encima del dólar, también la dominicanización de la frontera, el tratado Trujillo- Cassals que se firmó el 27 de febrero de 1935, el Código Trujillo...
Y de la persecución y matanza de haitianos, ¿Qué me dice?
En mi libro está detallado todo como fue y los haitianos que murieron.
¿Usted cree que la presencia haitiana en el país actualmente es un peligro, tal como se pensó en aquella época?
Absolutamente.
¿Dónde usted cree que radican los peligros de esa migración?
Tomando en cuenta que los haitianos nos dominaron por más de 20 años y que vergonzosamente la independencia nuestra fue en medio de países europeos que colonizaron América y el país tuvo que sufrir muchos, muchos problemas, crímenes, asaltos, muchas cosas malas, entonces tomando en cuenta eso con la invasión haitiana, lo que puede suceder es que llegará un día en que los haitianos podrán elegir presidentes y tener de nuevo la dominación haitiana en el país.
Se ha planteado la posibilidad de un proceso que fusione a ambas naciones. ¿Qué le parece esta idea?
Bueno, yo tengo entendido que hay, tú sabes que la constitución haitiana nunca ha reconocido que hay división, dicen que la isla es una e indivisible y tengo bastante claro en mi mente que los haitianos aspiran a que sea bajo su dominio, no del dominicano, desafortunadamente y ese era el temor de mi padre.
¿Entonces él tenía ese temor?
Absolutamente.
Si Trujillo reviviera y viera lo que hay. ¿Volvería para atrás?
Moriría de un ataque del corazón.
Y si no se muriera, ¿qué cosas usted cree que podría cambiar Trujillo en nuestro país hoy?
Es que yo, como no vivo en la República Dominicana, no puedo hacer un juicio claro de lo que está sucediendo allá, tendría que vivir allá y darme cuenta de las cosas. Oigo que la gente se queja, que no se qué, que no sé cuánto, pero no puedo verdaderamente formarme un juicio justo. Pero yo estoy segura de que en estos momentos él hubiera gobernado de otra forma, de acuerdo con los tiempos en que estamos viviendo hoy día, porque acuérdese que mi papá gobernó en el siglo pasado.
¿Él pensó en dejar el poder a Ramfi s o él pensó que iba a ser eterno?
No, no, no. Él decía que el poder no se heredaba, el poder se conquista.
¿Pero en la familia no se percibían señales de sucesión?
Bueno su sucesor fue el doctor Balaguer.
Pero yo decía de la familia, digamos fuese Ramfi s o Radhamés.
Él quiso entrarlo en la política, pero Ramfi s era militar y no le interesaba la política.
¿Ni a Radhamés tampoco?
A Radhamés sí le interesaba, pero tenía 18 años cuando murió mi papá.
Sí, era muy joven, o sea que prácticamente no se podía dar la sucesión en ese momento.
Ramfi s apenas tenía 31 años, éramos muy jóvenes todos.
¿Quién usted considera que fue el gran traidor del gobierno de su padre?
Pupo Román. Bueno, Pupo Román y otros muchos también.
Resulta que cuando lo nombraron, (secretario de las Fuerzas Armdas) Ramfi s se opuso completamente porque él quería que nombraran a Tunti Sánchez.
Que era muy amigo de Ramfis.
Sí, y además una persona de confi anza y él consideraba que Pupo no era de confi anza, pero tío Negro, por favorecer a la familia, quiso que se nombrara a Pupo Román y cuando él salió a Francia salió muy disgustado por eso.
¿Pero Ramfi s tenía esa oposición porque Pupo quedaría por encima de él en la cadena de mando?
Sí, iban a nombrar a Tunti Sánchez y entonces tío Negro le pidió que nombraran a Román, por tía Marina, y esas cosas porque era el esposo de Mireya, la hija de tía Marina y por eso se le nombró. Entonces Ramfi s se disgustó y se fue para Francia a pasar un tiempo por allá.
Y esa gente que estaba con el generalísimo, que eran sus principales colaboradores civiles no militares, ¿cuáles eran los más consecuentes con su padre?
Él tuvo muy buenos colaboradores. Yo en realidad no puedo decir ninguno en especial. Peña Batlle era una persona que lo ayudó mucho, y sumamente leal, papá lo apreciaba muchísimo. Y Virgilio Díaz Ordóñez, don Cucho Álvarez, Manuel de Moya Alonso, personas muy de mi papá. Me quedan muy buenos recuerdos de esa gente, muy buenos recuerdos.
¿Usted ha pensado volver a República Dominicana?
No, yo prefi ero guardar el recuerdo de lo que era la República Dominicana antes. Siempre llevaré al país en mi corazón, pero no sé, me siento tranquila y siempre le pido a Dios por el bienestar del país y que haya sobre todo paz y tranquilidad.
¿Usted notaba que al fi - nal el generalísimo no estaba en pleno dominio de sus capacidades?
¡Ay no!, si mi papá estaba mejor que yo hoy día. Mi papá estaba muy bien mentalmente.
¿Cuál es su aspiración en la vida ahora?
Lo que deseo es ver a mi familia unida y ver a mis nietos saludables.
¿Cuántos nietos tiene usted ya?
Como 13, 14, tengo que contarlos.
¿Y a usted le gustaría que uno de sus nietos sea como su padre?
Nooo, ya a mí no me gusta la política, no me gustaría que uno de los familiares nuestros se involucrara en la política. No, se sufre mucho.
Dicen que su padre era un mujeriego ¿qué usted puede decirme de eso?
Le gustaban las mujeres, sí.
¿Mucho?
Parece que sí. Cuando yo me enteré de una aventurita que tenía mi papá, me le enfrenté y le dije varias cosas y después que le dije de todo lo que tenía que decirle...
¿Qué edad usted tenía más o menos?
Yo tenía 16 años.
¿Y qué usted le dijo a su papá?
Lo regañé. Le dije que qué moral tenía él para regañarnos a nosotros y ser estricto con nosotros cuando él hacía las cosas que estaba haciendo. Entonces cuando terminé de decirle, le puse la cabeza y le dije y ahora pégame. Y él bajó la cabeza y me dijo: “Mi hija, antes de pegarte mejor me muero”.
¿Qué usted conserva de él físicamente, qué le quedó de recuerdo de las cosas que eran de su propiedad?
Yo tengo retratos al óleo, que lo tenía mi mamá, la Virgen de la Altagracia que lo tenía en su cuarto, porque él tenía una Virgen de la Altagracia que él todos los días le prendía un velón. De esos veloncitos que tienen una mechita arriba, lo prendía todos los días. Y cuando él se iba para la fi nca nos decía “no dejen de prenderle un velón a la Virgen de la Altagracia”, porque cuando él estuvo grave que tuvo el “arm shock”, que estuvo muy grave y, bueno los médicos que llegaron de Cuba dijeron que sólo un milagro lo salvaba, entonces el doctor Robieu, esposo de mi tía, una de las hermanas de mi mamá, Josefa, la mamá de Manuel, llamó al doctor Contreras y el doctor Contreras lo operó y la operación fue un éxito, pero él estaba muy, muy grave y dice que un día oyó una voz que le dijo “ya todo pasó” y la virgen se le iluminó.
¿Una voz femenina?
Sí. Él tenía la Virgen de la Altagracia frente a su cama.
¿En el hospital?
-No, no fue en el hospital, él estaba en la Estancia Ramfi s.
¿Entonces él sintió que la voz le dijo “ya todo pasó”?
Vio que el cuadro que él tenía de la Virgen de la Altagracia como que se iluminó.
Ah, ¿se iluminó en ese momento?
El que tengo yo en mi cuarto, el oyó una voz femenina que le dijo “ya todo pasó” y empezó a mejorar, a mejorar y sanó completamente.
¿Usted cree que él tuvo conciencia de que se trató de un milagro?
Absolutamente. Y yo tengo la Virgen en mi cuarto.
¿Y qué otras cosas tiene?
Yo tengo pinturas de mi papá.
¿Cartas, no tiene? ¿No le dejó cartas?
Sí, de su puño y letra, le dejó cartas a mi mamá también, y hay algunas que están publicadas en el libro. Y unos mechoncitos de su pelo, tengo la máscara que sacaron de cuando él murió, tengo cosas de él, una papeleta de 20 dólares cuando se hizo la moneda dominicana fi rmada por él, tengo muchas cosas. También tengo su bicornio.
Finalmente, qué usted hará el lunes 30 de mayo cuando se cumplen cincuenta años de la muerte de su padre?
Yo pienso rezar, como hago todos los años por el alma de mi padre. Es un día que paso tranquila, pensando en él, recordándolo y orando por él. Todos los días oro por él, pero ese día en especial iré a misa
TESTIMONIOS DE LOS NIETOS “FUE UN GOBERNANTE EXCEPCIONAL”
L. RAMFIS DOMÍNGUEZTRUJILLO NIETO DE TRUJILLO
El Generalísimo Rafael Leónidas Trujillo Molina se ganó el lugar como uno de los líderes más sobresalientes en toda la historia de la República Dominicana.
Fue un gobernante excepcional, sin igual, titánico, y como familiar y amigo, un ser humano extraordinario. Yo confío en que más tarde que temprano la historia de su gobierno y de su figura hará justicia al hombre que entregó su vida a nuestra querida patria. Su mayor anhelo fue siempre ver engrandecida a la nación y llevarle bienestar, desarrollo, orden, educación, cultura, seguridad, y orgullo patrio al pueblo que el tanto amo. Como dominicano, me enorgullece haber tenido un verdadero estadista, reconocido, respetado y admirado por tantos alrededor del mundo.
Como nieto, me siento privilegiado de llevar su sangre y su nombre. Las trascendencias de su lucha incansable y sin tregua a favor de nuestra amada Quisqueya, aún resplandecen en la entereza del territorio nacional para el orgullo de todos los compatriotas. Mientras observo la involución inverosímil que ha vivido el país después de su muerte, y percibo un pueblo abatido y despreciado, también recuerdo siempre que una vez y en la “Era de Trujillo”, fuimos una nación grande en una isla pequeña.
Me llena de orgullo recordar el descomunal progreso, la prosperidad, la disciplina, los adelantos para la mujer dominicana, el fortalecimiento a nuestras relaciones exteriores, la creación de nuestras fuerzas castrenses, el desarrollo de nuestra educación y cultura, todos los programas sociales y económicos en beneficio de los ciudadanos más pobres y la transformación de República Dominicana en una nación moderna, ordenada, y prodigiosa. Al conmemorar los 50 años de su partida a destiempo, recuerdo a mi venerado abuelo con amor, reverencia, y gran admiración.
¡Que viva la República Dominicana!
M. LAURA DOMÍNGUEZ TRUJILLO NIETA DE TRUJILLO
Como todos mis hermanos, yo también llevo con muchísimo orgullo y honor el recuerdo de mi inolvidable abuelo, el generalísimo Trujilo. El libro de mi mamá vino a colmar las ansias de saber cada vez más y mejor acerca de la vida de ese ser tan especial.
A los gobernantes regularmente se les acredita el haber realizado esto o aquello en favor de su país, pero a muy pocos se les puede atribuir un desarrollo integral de su nación como lo hizo mi abuelo en República Dominicana. Es axiomático, sólo hay que comparar el grado de atraso y subdesarrollo en 1930 y la evidente prosperidad y prestigio del país a la hora de su muerte.
Es por eso que se hace tan difícil singularizar una obra y catalogarla como la mejor. Lo fueron todas.
Lo que sí trasluce, después de conocer su obra, es su incuestionable patriotismo como el factor o la causa inspiradora que lo indujo a luchar con energía contra toda tempestad, viento y marea, hasta construir un Estado soberano, con absoluto derecho sobre su economía y territorialidad, y un ambiente de igualdad e integración social.
M. JULIA DOMÍNGUEZ TRUJILLO NIETA DE TRUJILLO
Mi abuelo, a quien me hubiera encantado conocer, le recordamos en mi casa con el más puro sentimiento de respeto y veneración.
Leí en el libro de mi mamá que trabajaba como guardia campestre en el ingenio de Boca Chica, y 11 años más tarde, en un evento como de película, era juramentado presidente de la República. No cabe duda que era un hombre fuera de serie.
Después de analizar toda su trayectoria como gobernante, tengo la convicción de que era un ser predestinado para llevar a cabo la tranformación del país de “oruga en mariposa”, como dice mi mamá.
De su vasta obra constructora y organizadora, la que más me impresiona es la importancia que le dio el gobierno a la cultura y la educación. Me complace mucho todo lo que hizo en favor de la cultura y la educación. A pesar de haber recibido un país primitivo y en bancarota, no escatimó esfuerzos para construir miles y miles de escuelas por todo el territorio nacional. Organizó además un sistema de enseñanza con un profesorado sumamente capacitado y respetado.
Se creó el desayuno escolar gratis y hasta se les donaban uniformes, lápices y cuadernos, para que los niños, por pobres que fueran, no se quedaran sin la oportunidad de una buena enseñanza. Dentro de ese esfuerzo me llama la atención también la construcción de la ciudad universitaria y la categoría de sus catedráticos. En fin, que le doy gracias al Señor por ser nieta de un hombre que hizo tanto por el bienestar de nuestro país.
M. MERCEDES DOMÍNGUEZ TRUJILLO NIETA DE TRUJILLO
Crecí siempre oyendo historias y anécdotas sobre mi abuelo y la “Era de Trujillo”. Disfrutaba enormemente oír de mis padres, sus amistades y otros familiares sobre mi abuelo, sus hazañas y su invariable amor patrio.
Me contaban sobre aquella persona humana, cariñosa, sencilla, leal, y perseverante, y también sobre los hechos históricos que marcaron al país de manera indeleble. Claro está, que también oía de vez cuando, uno que otro comentario negativo, pero entendía que a un estadista de la talla de mi abuelo y sobre todo siendo el gran hombre que fue, es axiomático que de alguna forma u otra lo intenten censurar.
Después de leer el libro de mi madre, me interesé aun más en la historia dominicana y me dedique a leer y a buscar informaciones sobre los grandes acontecimientos de los 31 años de su mandato, y de toda la historia de nuestro país. Esto me sirvió para confirmar lo que me habían contado: Mi abuelito fue un hombre extraordinario, que luchó para hacer de la República Dominicana un país respetado, desarrollado y fructífero. Siendo mi abuelo el hombre más nacionalista que jamás existió en nuestro país, todos los hechos que legó su gobierno, hablan por sí solos de la grandeza de nuestra patria. Es por esto que me extraña que aún pueda haber personas que se crean las grandes mentiras que los que se beneficiaron después de su muerte, le han querido vender al pueblo dominicano. Lo que se opusieron a la construcción de un museo de la Era Trujillo en San Cristóbal no se dieron cuenta que el país entero es un museo a Trujillo. Como ser humano, me consta que fue un padre excepcional, un abuelo muy cariñoso y muy débil con sus nietos, un hombre que realmente adoraba a su familia.
Cómo me hubiera encantado haber tenido solo algunos minutos para decirle que le quiero y que hoy más que nunca me enorgullece ser su nieta.
“CONSPIRADORES ERAN COMUNISTAS”
¿Usted se refiere a los comunistas?
La gran mayoría de los que conspiraban contra mi padre eran comunistas, y los comunistas son personas que las tragedias que narran ni me alegran ni me entristecen, porque nunca dicen la verdad, siempre ponen las cosas como ellos quieren y son unos mitómanos por excelencia, así es que, ¿qué te puedo yo decir?
Sí, muchos de ellos se organizaron, se armaron, vinieron en expediciones.
Sí, expediciones enviadas, sobre todo la del 14 de junio, por Fidel Castro, y estuve viendo en el Listín Diario un panel encabezado por Delio Gómez Ochoa, que parece que es un héroe nacional dominicano, ¡que barbaridad! Este señor fue enviado por Fidel Castro, dirigiendo, comandando la invasión del 14 de junio, para instaurar un régimen completamente comunista, fidelista, allá en la República Dominicana. Y si hubiera triunfado esa invasión el señor Gómez Ochoa hubiera sido el comandante y verdugo del pueblo dominicano, así es que de eso libró también mi papá al pueblo dominicano.
Claro pero ahí en unos documentos del Movimiento 14 de Junio se dice que era para crear un régimen democrático.
Sí, en la declaración de principios de ellos, los dirigentes eran comunistas y había algunas personas que estaban en el movimiento que no eran comunistas que fueron engañados en realidad, pero los dirigentes eran comunistas. Si te pones a leer la declaración de principios del Movimiento 14 de Junio te das cuenta de que es para seguir un patrón como el de Cuba y fíjate la ruina que es Cuba hoy día.
Yo no sé cómo ese señor se atreve a estar en República Dominicana criticando a los dominicanos cuando es fidelista y un tipo que es una vergu¨enza y una pena para los dominicanos.
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