Cuatro reactores empezaron a calentarse OFUNATO. AFP. El operador de la accidentada central nuclear de Fukushima empezó ayer a verter 11,500 toneladas de agua débilmente radiactiva al océano para permitir la reparación de los circuitos de enfriamiento de los reactores y evitar una catástrofe peor que la de Chernobyl.
Por otra parte, Japón dejó entrever el lunes que el desastre ocurrido el 11 de marzo en el noreste del país y el accidente nuclear posterior podrían tener un impacto en su política medioambiental.
Más de tres semanas después de la tragedia, el balance provisional de la policía se sitúa en 12,157 muertos confirmados y 15,496 desaparecidos, cuyos cuerpos muy probablemente fueron llevados mar adentro por el maremoto.
La central Fukushima Daiichi (N°1), ubicada al borde del océano Pacífico, a unos 250 km al norte de la megalópolis de Tokio y de sus 35 millones de habitantes, no resistió una ola gigante de 14 metros. El sistema de alimentación eléctrica de los seis reactores se estropeó, deteniendo las bombas de enfriamiento del combustible nuclear.
Aumenta medidas de emergencia La Agencia de Seguridad Nuclear de Japón (NISA) ha comenzado a elaborar medidas de emergencia nuclear a raíz de los graves daños sufridos en la planta de Fukushima por el terremoto del 11 de marzo, que incluyen la construcción de mejores muros de contención de “tsunami” y de puertas herméticas.
La NISA propone la prevención de desastres como el de Fukushima anticipando la altura de las olas de un “tsunami” de grandes proporciones. Koichiro Nakamura, subdirector de NISA, dijo ayer que los muros de contención en Fukushima estaban concebidos para frenar un maremoto de 7 metros, pero que las olas del 11 de marzo superaron los 14 metros.
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