Nueve días después del terremoto y tsunami que golpearon a Japón, una anciana de 80 años y su nieto fueron rescatados con vida de entre los escombros de su casa derribada, anunció ayer la policía nipona.
"Mientras buscaban supervivientes, los policías oyeron una voz que pedía auxilio desde una casa en ruinas", afirmó un portavoz policial de Ishinomaki, en la provincia de Miyagi, una de las ciudades más afectadas por la catástrofe. Entonces avistaron al joven de 16 años que trataba de salir por el techo de su casa destruida.
El adolescente luego guió a los socorristas al interior de la casa, donde encontraron a su abuela, de 80 años. Ambos estaban débiles y con un leve estado de hipotermia, pero conscientes.
La cadena japonesa de televisión NHK mostró imágenes de la mujer poco después de ser rescatada, donde se muestra algo aturdida, pero lúcida, cuando era colocada en una camilla para ser trasladada en helicóptero a un hospital de la zona. Entonces la anciana pudo dar su nombre y contarles a los rescatistas que había estado atrapada en la casa desde el terremoto.
Sumi Abe, de 80 años, y su nieto, Jin, explicaron que habían quedado "bloqueados" en la cocina cuando su casa se desplomó y que habían logrado sobrevivir alimentándose de la comida que había en su refrigerador, sobre todo yogures.
El rescate ha infundido esperanzas en los socorristas japoneses, cuyo último balance oficial de víctimas del terremoto y el tsunami ya va en 8.649 muertos y 12.877 desaparecidos.
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