Casi 50 opositores fueron asesinados por francotiradores en Saná. El régimen de Saleh es un aliado contra Al Qaida
MAdrid- «Esto es horrible, es una matanza. Enfoque aquí, el mundo debe conocer que están masacrando al pueblo yemení», clamaba el pasado viernes un cirujano al cámara de una agencia de noticias en uno de los hospitales de Saná atestados por los casi 50 cadáveres, incluido el de una niña de 4 años, y 200 heridos de bala. La sangría era consecuencia directa de los disparos de francotiradores que –presuntamente– el régimen había dispuesto en las azoteas de edificios próximos al campus universitario para dispersar la penúltima protesta contra el Gobierno de Ali Abdullah Saleh, que ahora se lava las manos y ha prometido depurar a los asesinos y compensar económicamente a los familiares de las víctimas.
Desde que comenzaron las revueltas en Yemen, hace más de un mes, han muerto unas 70 personas, la cifra de heridos roza el millar y el régimen se ha visto forzado a decretar el estado de emergencia que restringirá durante 30 días la libertad de movimiento y reunión de los yemeníes. Además, con los tanques en las calles, la nueva fase en la que ha entrado la crisis en el país árabe permite al Ejército mayor libertad de movimientos. Como los que tuvo la Policía en la ciudad portuaria de Adén, donde seis manifestantes fueron acribillados a balazos también el pasado sábado.
A día de ayer, según los rebeldes yemeníes, al menos una localidad está bajo su control. Dar Saad, con unos 150.000 habitantes y considerada la puerta de entrada al Golfo de Adén, ha sufrido los peores enfrentamientos en los últimos días. Siete personas han muerto para expulsar a las fuerzas de un régimen que lleva 32 años en el poder y que no logra apaciguar la revuelta pese a la renuncia de Saleh a presentarse a la reelección en 2013 y a presentar la candidatura de su hijo y sucesor natural.
Los combates siguen también en Mukalla, otro puerto del Golfo de Adén de un millón de habitantes entre fuerzas gubernamentales y los opositores que protestan contra la corrupción y despotismo instalados en el régimen y exigen apertura.
La situación es similar: revueltas, ciudades tomadas, fractura entre grupos tribales y un régimen instalado en el poder desde hace lustros. Un país con el triple de población que Libia que, sin embargo, no acapara la atención de la comunidad internacional pese a las pruebas de la violenta represión contra los manifestantes.
El apoyo del régimen prácticamente unipartidista de Saleh a la guerra contra la rama de Al Qaida en la península arábiga le ha supuesto una inyección de 250 millones de dólares llegados de Estados Unidos, que tan sólo ha pedido por boca del propio Obama que se «detenga a los responsables» de la matanza del sábado. Por su parte, el titular de Exteriores británico, William Hague, calificó como «inaceptable» la hipótesis (más que real) de que los francotiradores estuvieran respaldados por el régimen y solicitó «un proceso urgente que responda a las demandas legítimas de los ciudadanos».
Los otros países árabes
SIRIA
Las fuerzas policiales reprimen funerales
Durante el entierro de dos de los cuatro manifestantes muertos el viernes, la Policía lanzó gases lacrimógenos a la multitud.
BAHRÉIN
Muere un manifestante herido el miércoles
La oposición confirmó el fallecimiento de uno de sus seguidores, con lo que se eleva a 11 el número de víctimas por la represión del Gobierno.
EGIPTO
La población acude en masa al referéndum
Los egipcios desbordaron ayer los centros de votación, donde decidieron por la enmienda de siete artículos de su constitución.
MARRUECOS
Hoy la oposición protestará de nuevo
El movimiento 20 de febrero pedirá más democracia, pese a que la manifestación no ha sido aprobada por el Gobierno. /larazón.es
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