El número de muertes por el sismo y posterior tsunami del pasado 11 de marzo en Japón asciende a nueve mil 408, mientras que los desaparecidos suman 14 mil 716. A más poco menos de dos semanas de ambos desastres naturales, persisten en el país asiático numerosas réplicas del movimiento telúrico.
Además, a 12 días del terremoto de magnitud 9,0 en la escala de Richter que, junto al tsunami que ocasionó, arrasó el noreste de Japón, en la país asiático se intenta restaurar las infraestructuras para atender a miles de damnificados y continúan las acciones para controlar la emergencia en la planta nuclear de Fukushima.
La prefectura (provincia) japonesa más afectada es la de Miyagi, con cinco mil 607 fallecidos y cuatro mil 200 desaparecidos. Sigue Iwate, con dos mil 773 muertos y cinco mil personas con paradero desconocido.
En estas regiones han comenzado ya a enterrar los cadáveres para prevenir el contagio de enfermedades.
Sin embargo, se trata de una medida temporal, ya que la tradición en el país asiático es incinerarlos, algo que ahora no es posible debido al déficit de combustible.
Este es el peor desastre natural que ha sufrido dicha nación desde que en 1923 un sismo de magnitud 7,8 en la escala de Richter sacudió la región de Kanto, acabando con 100 mil vidas. Más tarde, en 1995, un temblor de magnitud 6,9 afectó a la ciudad de Kobe, matando a seis mil 434 personas.
Unas 320 mil personas han sido evacuadas de sus casas y en su mayoría se encuentran en dos mil 100 refugios temporales, mientras el suministro de electricidad y alimentos en la zona afectada se ve dificultado por el grave daño a las infraestructuras.
En la planta de Fukushima, averiada por el sismo y posterior tsunami, trabajadores de la empresa Tokyo Electric Power (Tepco), operadora de la central nuclear, luchan por conectar la electricidad a los seis reactores donde se han extendido cables externos.
Según la Agencia de Seguridad Nuclear nipona, la temperatura del reactor 1 registró un aumento y en la unidad 2 los altos niveles de radiactividad obligaron a detener las labores de los operarios.
En alimentos como la leche o verduras de hoja verde de las inmediaciones de la planta se ha registrado un incremento en su nivel de radiaciones, según ha reconocido el Gobierno japonés.
El primer ministro nipón, Naoto Kan, pidió hoy a las autoridades de Fukushima que prohíban la distribución y consumo de once verduras de esa provincia, entre ellas espinacas, brócoli, repollo o nabo, como medida de precaución.
El Gobierno ha encontrado niveles excesivamente altos de radiación en once tipos de verduras en Fukushima y en la leche de la vecina provincia de Ibaraki, más al sur.
Ante la alarma creada por el temor una contaminación alimentaria, el Ejecutivo ha pedido a seis provincias japonesas que vigilen los niveles de radiación de sus productos agrícolas.
Incesantes réplicas
Luego del sismo y tsunami del pasado 11 de marzo, prácticamente cada día hay al menos un terremoto de más de magnitud 6 en la escala abierta de Richter, por lo general con epicentro en la zona devastada, sobre todo en las provincias de Fukushima e Iwate.
Esta mañana se produjeron cuatro temblores en la costa de Fukushima, el primero de ellos de 6 grados en la escala Richter a las 7:12 horas locales (22:12 GMT del martes), seguido de otros tres seísmos en menos de una hora de magnitudes 5,8, 4,9 y 4,3.
La Agencia de Seguridad Nuclear informó de que los temblores no afectaron a las labores de reparación de la planta nuclear.
Posteriormente, a las 9:07 horas locales (00:07 GMT), ocurrió otro terremoto en la provincia de Iwate, de magnitud 5,2 en la escala de Richter.
Los sismos han provocado alteraciones en el tráfico ferroviario en parte de Japón y se han sentido con claridad en Tokio, donde los edificios están construidos para soportar fuertes temblores y por ello el terremoto del día 11 apenas causó daños.
teleSUR-Efe-Afp-Nhk/MFD
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