La ecuación entre insuficiencia en los riñones y cuadro anémico da lugar a la aparición de un factor de riesgo cardiovascular, explica el doctor Alberto Martínez Castelao, presidente electo de la Sociedad Española de Nefrología. La anemia suele manifestarse a partir del estadío 3 de la enfermedad renal crónica, es decir, cuando la función de los riñones se sitúa por debajo de los 60 mililitros/minuto
El paciente renal también puede presentar otros factores de riesgo, como la hipertensión arterial, trastornos en el colesterol y lípidos y presencia de albúmina en la orina, un conjunto de condicionantes que dañan las arterias del organismo. Los enfermos renales anémicos también pueden presentar cansancio y, en los estadíos más avanzados de la dolencia, un color "pajizo" o tono pálido en la piel, detalla el doctor Martínez Castelao.
Dado que las enfermedades del riñón son a menudo silentes y se mantienen ocultas durante mucho tiempo, es habitual que determinados perfiles de individuos, como las personas mayores, sean diagnosticados de su insuficiencia renal gracias a una analítica rutinaria de anemia. La anemia asociada a los problemas renales se corrige descartando primero que sea causada por otras enfermedades o por sangrados del aparato digestivo, y en segundo término realizando análisis de sangre para registrar los valores existentes de hemoglobina, hematocritos e hierro.
A partir de aquí, se administrarán suplementos de hierro, agentes eritropoyéticos por vía endovenosa o bien por vía subcutánea, y vitaminas del grupo B, con lo cual los pacientes responden generalmente de manera satisfactoria. UNA INFORMACIÓN A CARGO DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE NEFROLOGÍA EN COLABORACION CON LA COMPAÑÍA DE BIOTECNOLOGÍA AMGEN
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