R. A. López Ynoa
Siempre veía a don Onésimo en los actos públicos oficiales representando al señor alcalde de Barahona, el doctor Octavio Noé Suberví Nin. Más bien lo veía como político, pero no lo había tratado. Vine a tratarlo recientemente a raíz de formar parte junto a él del Comité de Fiestas Patronales Barahona 2010 en la Comisión de finanzas.
Específicamente estábamos a cargo de gerenciar las finanzas necesarias para las actividades culturales y festivas de las Patronales a través de la alcaldía.
En esa actividad fue en la que tuve la oportunidad de conocer la grandeza de alma de don Onésimo Alcántara. Políticamente él sabía quién era yo, y yo sabía quién era él, no obstante, eso no fue motivo para que la función que nos habían asignado discurriera fluidamente.
Algo que me sorprendía era el hecho de que a pesar de su vasta experiencia y que la gente lo conocía hasta la saciedad, él no salía a ninguna actividad de recolección de fondos sin que se hiciera acompañar de mí.
Recuerdo la tarde en que me llamó con cierta urgencia para que fuéramos a recoger como arbitrio la primera aportación de la feria mecánica.
Fue en esas labores en las que conocí de su carácter afable, no conflictivo, servicial y respetuoso, siempre presto a recibir a quienes lo visitaban en su modesta oficina en la alcaldía de Barahona.
Recuerdo cuando me decía: “Ynoa, mira la contradicción de esta actividad: estamos recolectando dinero para las fiestas, y sin embargo, yo tengo que poner mi dinero para que nos podamos mover en este vehículo”.
En medio del trajín de la recolección financiera se me extravió mi teléfono celular, él que ya estaba en su hogar, a eso de las 12 y media de la tarde, se encaminó conmigo al lugar en donde yo decía que podía estar. Efectivamente, él me ayudó a conseguirlo.
Cuando las fiestas patronales finalizaron hizo entrega inmediata del informe financiero del dinero que entró por vía nuestra.
Hoy, puedo decir que fue una dicha haber estado junto a don Onésimo, siquiera por unos días.
Estoy seguro que será recordado por siempre por este pueblo al que siempre sirvió
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