Benny Rodríguez
Batey Cinco, Zona Cañera.- “Vengo con un pique; vengo del batey; al ver tanta gente sin ná que comei”. Es un estribillo de un popular merengue de nuestro carismático Jhonny Ventura (El Caballo Mayor), que bien puede aplicarse a las comunidades de la zona cañera que, comparten las provincias Bahoruco, Barahona e Independencia.
En esta zona, habitada por dominicanos, haitianos y descendientes de ambos, la miseria los arropa, sin que tengan la esperanza de que esta cruda realidad vaya a cambiarle.
Sólo cambia en tiempos de elecciones, cuando quieren el voto de estas humildes familias, pero después: el hambre, la falta de oportunidades, servicios adecuados y empleos dignos siguen igualitos, deteriorándose con el paso del tiempo sin que ninguna autoridad, de ahora o de ayer, se preocupe en buscar fórmulas de solución a los problemas de esta zona.
Todos se entusiasmaron, pero su alegría duró menos que una cucaracha en gallinero, cuando se produjo la capitalización del otrora pujante ingenio Barahona, en donde la región tenía asegurado el sustento de cientos de familias que se ganaban la vida de manera honrada.
Sin embargo, los nuevos dueños, el grupo guatemalteco, que administra el central azucarero, el mejor del país: tierras fértiles, un transporte adecuado de la materia prima para fabricar el azúcar, la caña, agua para el regadío, siguen aumentando la producción y con ello, como es lógico la ganancia, pues a cada rato anuncian cifras récords de producción del dulce.
Pero ese aumento de las ganancias y de la producción no se refleja en las comunidades de la zona cañera que carecen de todo: hasta de las ganas de vivir, sobre todo, cuando se estipula que las empresas capitalizadas deben invertir parte de la plata que se ganan en las comunidades en donde la exprimen cual bagazo de caña.
Es una realidad latente y palpable que no requiere que se hagan estudios profundos o tener muchos conocimientos o un intelectual de fuste para darse cuenta de esta cruda realidad, sino de voluntad y de interés para incidir de manera positiva invirtiendo para mejorar la calidad de vida de estas humildes comunidades.
Conversamos con descendiente de haitiano, residente en el Batey Cinco, quien nos relató que no seguirán como “los pavos de Noche Buena”: solo yendo a las comunidades a buscar el voto en tiempos de elecciones, pues como planteaba Lenin, el líder soviético: “no seguirán atajando para que otro enlace”.
Sostuvo que si no fuera por algunas ONGS que operan con fondos internacionales, esas comunidades estarían despedazadas porque la inversión social en estas comunidades es pobre por no decir nada lo que incide de manera negativa en su calidad de vida.
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