El autor es Analista de Sistemas Petroleros y Psicólogo Social.
La inteligencia es la capacidad de comprender y solucionar problemas, es un potencial que cada ser humano posee en mayor o menor escala con la capacidad de desarrollarlo a medida que crecemos como seres humanos, varga la aclaración, porque también los animales irracionales nacen con ese potencial.
No existen dudas que nuestros líderes son inteligentes, porque poseen la capacidad de comprender y de solucionar problemas cuando les conviene individualmente, porque rara vez lo hacen para conveniencia de los dominicanos en general, y menos aún por Barahona y los barahoneros quienes desde hace muchos años se encuentran hundidos en el letárgico sur profundo; pero el hecho que estos señores sean inteligentes no significa que sean sabios, sencillamente, porque tanto la inteligencia, y la experiencia adquirida a través de los conocimientos y de los años, son conjuntos distintos entre sí, y al mismo tiempo subconjuntos de la sabiduría, la cual también se adquiere a través de los años, de ahí el dicho “los viejos saben por viejos” o “más sabe el diablo por viejo que por diablo”. Por ende, aunque no sean sabios, nuestros líderes son inteligentes a menos que sean irracionales.
De acuerdo a la teoría de la Inteligencia Múltiple, existen diversos tipos de inteligencias, pero en este breve escrito por hablar de nuestros líderes solo hago referencia indirectamente a la Inteligencia Social o Interpersonal y a la Inteligencia Emocional por estar típicamente relacionadas a las personas y a las emociones, y porque nos permiten entendernos a sí mismo y a los demás; esa es la razón por la cual los líderes, al igual que los agentes vendedores la utilizan con frecuencia.
Al igual que algunos expertos en el campo psicológico y sociológico, creo que no es necesario medir la inteligencia con exámenes, sino que debemos observarla a través de los comportamientos de los individuos y sociedades; es por eso que he observado a nuestros líderes y sin necesidad de exámenes he llegado a la conclusión que, en la mayoría de los casos no son sabios, porque la sabiduría conlleva a la madurez del pensamiento y nuestros líderes carecen de esa madurez. Aunque han demostrado un alto nivel de inteligencia cuando se trata de corrupción, es palpable su falta de sabiduría; pues el sabio sabe aplicar su inteligencia, sus conocimientos y la experiencia ganada a través de los años con hechos, ya que los hechos hablan por sí solos.
Una persona sabia grava sus experiencias sean estas positivas o negativas, aprende de sus errores, de tiempo en tiempo realiza un recuento o estudio del pasado para planificar su futuro y saber cómo dirigirse hacia ese futuro. Un estudio del pasado con un alto porcentaje de incidencia puede eliminar incertidumbres en el viaje hacia el futuro, o mejor dicho, puede predecir las incertidumbres que podrían enfrentar en ese viaje futurístico. Por ejemplo, la temporada ciclónica indica que cada año habrá tormentas pero que cada dos o tres años una de estas tormentas será de categoría mayor; eso indica que debemos prepararnos en avance, diría una persona sabia, pero no es así. Todavía repetimos los mismos errores, porque no hemos aprendido del pasado, o sea no hemos adquirido esa sabiduría; de lo contrario, los problemas del empobrecido sur profundo ya hubiesen sido solucionados.
Quisiera estar equivocado, pero tampoco es así, nuestro sur sigue tan profundo que estamos casi ahogados en la profundidad de sus aguas, a menos que nuestros líderes escuchen los reclamos y sabios consejos de quienes han vivido repetidamente estas experiencias negativas que aun persisten debido a la falta de interés de nuestros líderes por solucionar problemas tales como los existentes en “Monte Grande” sin presa, el rio Yaque del Sur, el Lago Enriquillo, Laguna Rincón, El Canal Trujillo, etc. Es sorprendente que años tras años los habitantes del sur profundo sobrevivan a tantas inundaciones. Es penoso observar cómo años tras años los habitantes del sur profundo sobreviven a tantas calamidades, derivadas del abandono y deterioro de esos lugares.
Probablemente el sur profundo está destinado a desaparecer, no es justo que además de haber perdido el Oeste ahora perdamos el Sur, debido a que a algunos líderes no les interesa salvarlo;
de hecho algunos de esos líderes ya perdieron su Norte; Yo, en lo particular, prefiero mi Sur aunque sea dolorosamente profundo.
Espero que en este nuevo año nuestros líderes pongan a funcionar su inteligencia y de tener sabiduría que la apliquen sin palabrerías para que nos saquen de la profundidad en las que nos tienen sumergidos, casi ahogados; y a lo mejor no tendríamos que formar nuestra propia “Republiquita” como ya la llaman algunos barahoneros de buena fe.
¡Ya basta, si quieren ser verdaderos líderes, pongan la sabiduría Duartiana en funcionamiento, ya es hora, no la dejen extinguir…!
Autor: Luis Terrero Melo
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