Faustino Reyes Díaz /Listindiario.com
Siempre apreció el trabajo para criar sus hijos; su pequeña plantación de café era el regalo que ofrecía a quienes la ayudaron, mientras empuñaba el tizón con el que prendía el cachimbo que la acompañó hasta el pasado jueves.
A sus “112 doce años”, a mediado del 2010 dio a conocer al mundo sus calamidades cuando solicitó el apoyo de instituciones de servicios y del presidente Leonel Fernández, quien tradicionalmente ha gozado del respaldo de una parte de su empobrecida e ignorada familia. A pesar de los ofrecimientos poco respaldo recibió.
El Consejo Dominicano del Café (CODOCAFE) y el Patronato de Apoyo a la Persona Envejeciente, son de las pocas instituciones que se recordaron de ella. El deseo de una de las personas más viejas del mundo, en alcanzar la felicidad aunque sea los últimos días de su vida no se concretó. ¡Murió Cristina Vallejo!.
Su deceso aconteció a la una y media de la tarde de este sábado en la zona cafetalera Panzo de aquí, momento en que su inseparable hijo, Víctor Vallejo, se encontraba en la ciudad de Neiba preparando el inevitable velatorio de su madre.
“Antier en la tarde nos llamó ¡mis hijas vengan a levantarme” porque se había caído de la silla. Ella siempre quería ir a buscar a Víctor allí a su casa”, narró la hija mayor de la señora, Digna Méndez, residente en una casa al frente de la vivienda de la fallecida anciana.
En la tarde del viernes, Víctor Vallejo dijo a este periodista que su madre estaba “blandita” y me comprometía a gestionarle apoyo.
Esta mañana tocamos las puertas del síndico de Neiba, doctor Orlando Gómez Román y nos prometió su respaldo. La relacionista del patronato de envejecientes, Niceni Valdez, quedó en llamarnos el lunes. La manutención al igual que el costo del velatorio de la anciana será responsabilidad de Víctor Vallejo, en medio de una crisis económica que le impide asumirlo solo. Es evidente que aún después de muerta hay que ayudar a Cristina Vallejo.
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