El ministro de Hacienda, Vicente Bengoa, ofreció al sector educativo un conjunto vacío: el 30 por ciento de los ingresos adicionales a lo estimado en el Presupuesto de 2011.
En su declaración escrita, Bengoa, notorio amigo de las cifras y los porcentajes, no dice en la ocasión cuánto estima el Gobierno que recibirá más allá de lo “estimado” ni a cuánto dinero contante y sonante equivaldrá ese 30 por ciento.
Reclama, eso sí, que pese a las limitaciones que marcan al Presupuesto, el Gobierno pudo “aumentar al sector educación más de 4,500 millones de pesos en relación al presente año 2010”, al tiempo de ponderar medidas presupuestarias como la disminución del déficit del 2.6 por ciento al 1.6 por ciento. Agrega que las transferencias al Banco Central y al sector eléctrico suman 37 mil millones de pesos.
Los nebulosos recursos que serían dedicados a educación de esos ingresos adicionales no contemplados, “serán destinados exclusivamente para la construcción de aulas, la reparación y el equipamiento de las existentes”. No podrán emplearse en gastos corrientes, “tales como salarios, publicidad, entre otros”.
Bengoa también se refirió a otras modificaciones relativas a las nuevas instituciones creadas por la reforma constitucional, como son el Tribunal Constitucional, el Defensor del Pueblo y el Tribunal Superior Electoral y el establecimiento del Seguro Agropecuario.
Dio seguridades de que el adenda que el Ejecutivo enviará al Congreso modificará algunos artículos para adecuarlos a las nuevas normas constitucionales.
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