Por Mayobanex De Jesús Laurens
El “Mercado Nuevo” de Barahona fue construido allá por el año 1994, a la salida de Barahona, detrás del barrio Naco, casi frente al liceo Dr. Federico Henríquez y Carvajal, por el área de la avenida Casandra Damirón, salida de la ciudad.
La construcción de la referida obra se hizo en el último período de gobierno del doctor Joaquín Balaguer, por gestiones de los funcionarios locales y reclamos de los moradores de Barahona. Ante la férrea oposición de los comerciantes instalados en el “viejo” mercado” público de esta ciudad, las edificaciones sirvieron de albergues a los afectados del fuego en los barracones de Palmarito, frente al comedor económico, ocurrido por el año 1995.
Las personas que perdieron sus hogares y pertenencias en el siniestro fueron ubicadas en el “mercado nuevo”. Los “avivatos” también se damnificaron, y desde entonces cientos de personas conviven en el lugar y las cosas quedaron tal como están hasta la fecha: un mercado viejo “arrabalizado”, sucio, mal oliente y desorganizado; mientras que el nuevo mercado es refugio de personas a las que se les prometió reubicarlos en los apartamentos que se construirían en Villa Central para aquella época.
Los apartamentos de Villa Central fueron dejados a nivel de terminado por el ex presidente Balaguer. La gestión de Leonel Fernández le dio retoques a la terminación y los dejó sin concluir y entregar a su salida en el año 2000. Los perredeístas los ocuparon al llegar el gobierno de Hipólito Mejía en el 2000, dejando a los refugiados del mercado nuevo de Barahona en el mismo lugar, con la promesa de reubicación deshecha.
Ellos siguen allí, en el mismo lugar, esperando ser ubicados en un complejo habitacional que haga el Estado. El INVI y la Corporación Andina de Fomento, con el apoyo estatal, han anunciado un proyecto habitacional para Barahona denominado "Villa Progreso". La ocasión es propicia para que se piense en los moradores del “mercado nuevo”.
Antes ese sector del mercado nuevo era muy lejos para los barahoneros, pero con el crecimiento poblacional y urbanístico de Barahona, el mismo se encuentra cerca de todos. Los comerciantes del viejo mercado podrían ser trasladados hasta ese lugar, una vez se reubiquen a los que todavía están refugiados allí.
El nuevo mercado puede ser aprovechado por el cabildo municipal y por las autoridades gubernamentales para remodelarlo y convertirlo en un centro moderno de comercio al detalle, especie de mercado modelo.
Mientras que con el viejo mercado de Barahona se podría construir en el lugar una plaza turística, con área de museo para Casandra Damirón, María Montez y grandes glorias históricas de nuestra provincia y para la promoción de nuestra bella zona costera.
Legisladores y autoridades municipales electas, políticos, sociedad civil, funcionarios, empresarios, comerciantes y pueblo en general de Barahona deberían de iniciar una cruzada para hacer en esta ciudad las cosas que deben contribuir con su desarrollo definitivo. Ante la situación expuesta de los mercados “nuevo y viejo” se debe actuar cuanto antes.
Cortesía de :Diariodigitalbarahona.com
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